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Un padre denunció en sus redes sociales la escasez en tiendas y comercios estatales que no operan en moneda libremente convertible (MLC), donde la población no encuentra prácticamente ningún alimento.
Omar Torres, quien reside en Ciro Redondo, municipio de Ciego de Ávila, se refirió en sus redes sociales a la falta de confituras, una situación que preocupa sobremanera a quienes tienen hijos.
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En un texto subido a su muro de Facebook, Torres recordó la polémica surgida en el país, a raíz de la decisión adoptada por varias tiendas en MLC de cambiar las confituras de la vidriera para que los niños no las vean desde la calle.
Según el autor del post, los niños “observaban como delante de sus pequeños ojitos desfilaban montañas de confituras inaccesibles a los bolsillos de unos padres que, optaban por cruzar la calle o desviar el cauce de su trayecto a casa o trabajo para evitar el sufrimiento o las preguntas sin respuestas entendibles a sus pequeños”.
“‘¿Papá, podemos comprar un paquetico de galletica?, ¿Mamá, no tienes dinero para que me compres esos caramelitos?’. Estas y muchas otras preguntas debieron y deben enfrentar a diario padres cubanos de todas las clases sociales, porque si no lo sabías, cubano, en Cuba existen las clases sociales”, dijo.
“O si no, como explicaría el MURILLO, EL CANELO Y TODA SU CAMARILLA la existencia de todas estas tiendas diseminadas por todo el país con el fin de desangrar los bolsillos de cubanos ingenuos, que depositan el dinero del trabajo de familiares que residen en otros países en cuentas bancarias supuestamente a su nombre, pero que en realidad una vez depositado el dinero ya no puedes acceder a él a no ser a través de estas tiendas, que ganan más de un 300% en cada producto que venden”, detalló.
Relató Torres que las vidrieras de una de las tiendas más importantes del municipio Morón fueron tapiadas con planchas de plywood, para que los padres no tuvieran que responder preguntas difíciles “o simplemente engañar una vez más a un pueblo cubano con la máxima de que OJOS QUE NO VEN CORAZÓN QUE NO SIENTEN”.
Pese a que en este momento las tiendas en MLC son las únicas surtidas, el indignado padre afirmó que no se hará ninguna tarjeta para comprar en ellas.
“Hoy por primera vez en mucho tiempo llegué a mi casa sin nada para mi niño, ni un triste caramelo pude encontrar, ni en negocios por cuenta propia, ni en establecimientos estatales”, denunció.
“Yo me rehúso a tener una tarjeta de mierda que engorde otra billetera que no sea la mía, yo me rehúso a mirar hacia otro lado. La justicia en Cuba no es ciega, hoy favorece a una dictadura que, aunque casi muerta, sigue acabando con la dignidad de un pueblo que no se atreve a decir basta. EL CAMBIO ES YA, MI GENTE, ABAJO LA DICTADURA COMUNISTA, ABAJO LOS DIRIGENTES CORRUPTOS QUE HOY DESGOBIERNAN A MI CUBA y denigran a mi pueblo”, concluyó.
En octubre las autoridades de Guantánamo retiraron de la vista pública las confituras expuestas en las vidrieras de una tienda en MLC, tras volverse viral una queja de que muchos niños las veían y lloraban porque no podían comprarlas.
Los dulces fueron reubicados en un lugar menos visible desde el exterior del local. Según explicó a la prensa oficialista el gerente general, a los pequeños “es complejo explicarles la imposibilidad de muchos padres para comprarles esas golosinas, por no tener acceso a esa moneda”.
La queja original que causó la polémica fue publicada en el periódico Venceremos, de Guantánamo, el 18 de septiembre, en una sección llamada Instantáneas, que comparte criterios y reclamaciones de la ciudadanía.
“Guantanameros sugieren a la gerencia de la tienda de productos en MLC situada en las calles Los Maceos esquina a Prado, se valore la posibilidad de cambiar de lugar las confituras visibles a través de la cristalería que da para esta última arteria y colocar otro producto, porque llaman mucho la atención de los niños, y es complejo explicarles la imposibilidad de los padres para comprarlos por no tener acceso a esa moneda, cuestión que ante la incomprensión de los pequeños, por lo general, les provoca el llanto”, decía el texto.
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