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La carrera por desarrollar una vacuna eficaz contra el coronavirus ha supuesto un desafío para la ciencia. Los investigadores están presionados por la dimensión y consecuencias de la pandemia, pero también por los gobiernos que ven la posibilidad de ganar prestigio con el descubrimiento del antídoto.
En ese sentido, nueve compañías biofarmacéuticas han firmado un inusual compromiso para mantener "altos estándares éticos" en su trabajo. Al anteponer la responsabilidad y la seguridad en su trabajo frente a posibles interferencias del mundo de la política, estas empresas parecen dejar claro que no aceptarán presiones gubernamentales.
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De esta manera, introducen una sana diferenciación entre los tiempos de la ciencia y los tiempos de la política; una distinción que pretende llevar la carrera por el hallazgo de la vacuna al terreno de la ética científica y de la salud, sin interferencias de otros intereses.
Las empresas que se adhirieron al mismo son: AstraZeneca, BioNTech, Moderna, Pfizer, Novavax, Sanofi, GlaxoSmithKline, Johnson & Johnson y Merck. Todas ellas, como es lógico, son conscientes del beneficio que les reportaría patentar una vacuna eficaz, pero rehusan contribuir a la especulación política, y al rejuego de anunciar prematuramente la obtención de vacunas para la Covid19.
El acuerdo, publicado el martes, establece: "Nosotros, las compañías biofarmacéuticas abajo firmantes, queremos dejar en claro nuestro permanente compromiso de desarrollar y probar posibles vacunas para la COVID19, de acuerdo con altos estándares éticos y principios científicos sólidos".
Con este compromiso, las empresas farmacéuticas parecen tomar distancia con declaraciones de políticos y funcionarios que, en su afán de protagonismo, crean falsas expectativas entre la población mundial.
Uno de ellos, el comisionado de la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos, Dr. Stephen Hahn compareció ante la prensa hace una semana para anunciar que la agencia que dirige podría considerar la autorización de uso de emergencia o la aprobación de una vacuna Covid19 antes de que se completen los ensayos críticos de Fase 3.
Las nueve compañías suscribieron su el martes que se comprometen a "enviar para aprobación o autorización de uso de emergencia solo después de demostrar seguridad y eficacia a través de un estudio clínico de fase 3 que está diseñado y realizado para cumplir con los requisitos de autoridades reguladoras expertas como la FDA".
El reciente anuncio de la paralización de las pruebas en Fase 3 de la vacuna que desarrolla la farmacéutica AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford, viene a confirmar que estas empresas anteponen la seguridad de sus productos a las presiones que sobre ellos puedan ejercer gobiernos que interpretan esta carrera como una lucha de poder.
Las vacunas desarrolladas en países como China, Rusia o Cuba siguen otro camino diferente en sus estándares éticos. Los gobiernos de esos países no permiten que sus científicos les vengan con consideraciones de este tipo. Sputnik 5 o Soberana 01 participan en esta carrera espoleados por la propaganda más acientífica de la que son capaces sus gobiernos.
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