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El gobierno cubano sigue promoviendo los cultivos en espacios que habitualmente no se destinarían a ellos, como es el caso actual de las salas comunitarias de televisión en la provincia de Granma.
Con el movimiento "Mi sala también produce", el régimen promueve en el oriental territorio otra iniciativa para mitigar la crisis alimentaria que atraviesa el país, hoy agudizada por el contexto de la pandemia de coronavirus, según informan medios oficialistas locales.
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“Los trabajadores de salas de televisión siempre hemos sido participantes activos en cada proceso político que se realiza en el barrio y potenciar la producción de alimentos es el pedido de estos tiempos”, expuso Lulubel Infante Girón, directora del programa de salas de televisión en Granma.
La convocatoria partió de la sala de televisión El vivero, del municipio de Guisa, enmarcado en el consejo popular El Plátano, a unos 25 kilómetros aproximadamente de la cabecera municipal, detalla una nota publicada el viernes en La Demajagua.
La iniciativa comenzó con la siembra de un aguacate de injerto en los predios de esa sala de televisión y la entrega de un "módulo" de conejos para su reproducción.
De acuerdo con el medio oficialista, el proyecto contará con el apoyo de la Ascociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), que propiciará folletos, plegables, boletines de transferencia de tecnologías y extensionismo.
Ellos presentarán contenidos instructivos “con técnicas de diferentes cultivos encaminados a enriquecer el conocimiento de los productores granmenses”, señala la nota.
Según Infante Girón, “la idea es demostrarle al resto de las instituciones que, en un pequeño perímetro de tierra, con mucha voluntad, sentido de pertenencia y amor, que es lo que nos sobra a los trabajadores de salas de televisión, podemos producir alimentos”.
Granma tiene 414 salas de televisión comunitaria, que formarán parte del movimiento “Mi sala también produce”. Estos locales fueron creados en 2001 como un medio de "recreación sana" para los residentes en poblados cubanos sin electricidad.
Por estos días ha sido frecuente el llamado a incentivar los cultivos en distintos espacios, incluso en áreas urbanas. En junio, el coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), Carlos Rafael Miranda, insistió en que los cubanos debían sembrar hasta en sus macetas, a fin de amortiguar la escasez notable de alimentos que vive hoy la isla.
“No podemos dejar ningún espacio, ninguna parcela, ningún pedacito de tierra, incluso hemos demostrado que, con macetas, con varias formas de poder tener en algún lugar, aunque sea en un edificio, en un balcón, una mata de algo que dé alimentos”, dijo el dirigente comunista.
Otro de los que ha estado impulsando iniciativas de corte semejante es el exespía cubano Gerardo Hernández, vicecoordinador de los CDR. Este pidió a los cubanos que sembraran una piña al menos por cada vivienda, a fin de enfrentar la tremenda escasez de alimentos que golpea a la isla.
“Ustedes representan a varios CDR, el país tiene cerca de 138 mil CDR. Si a un solo cederista por CDR se le ocurre sembrar una piña, uno solo por CDR, ¿de cuántas piñas estamos hablando?”, exclamó durante una visita integral realizada a la provincia de Sancti Spíritus.
“En momentos como los que vivimos nosotros, que el estado tiene que dedicar recursos importantes a importar alimentos, es un aporte significativo”, afirmó el exespía.
A mediados de junio, durante una visita al municipio Urbano Noris, en Holguín, Hernández promovió el autoconsumo y la idea de que los cubanos deben sembrar y criar animales en sus patios o en cualquier parcela, como forma de aliviar el desabastecimiento que la administración no ha sido capaz de resolver.
Más adelante, llamó a sus compatriotas a sembrar calabaza. Partiendo igualmente de sus cálculos matemáticos, afirmó que “si cada CDR produce una calabaza, y son 138 000 en el país, entonces serían 138 000 calabazas de más, decimos una por poner un número, pero lo cierto es que si cada uno de nosotros pone a producir el pedacito de tierra que pueda es menos alimentos que tiene que importar el país”.
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