El exespía Gerardo Hernández Nordelo ha vuelto a insistir en la idea de que los cubanos siembren en el patio de su casa, y esta vez ha sido la piña el objeto de su propuesta.
“Ustedes representan a varios CDR, el país tiene cerca de 138 mil CDR. Si a un solo cederista por CDR se le ocurre sembrar una piña, uno solo por CDR, ¿de cuántas piñas estamos hablando?”, exclamó el entusiasta vicecoordinador nacional de la organización, durante una visita integral realizada en días atrás a Sancti Spíritus.
“En momentos como los que vivimos nosotros, que el estado tiene que dedicar recursos importantes a importar alimentos, es un aporte significativo”, concluyó el exespía, mientras enarbolaba su inseparable Rolex.
En el encuentro de los dirigentes de base y cederistas del Consejo Popular Jesús María se analizó el Boletín de Orientación de los CDR dedicado a la “agricultura familiar”, pues la siembra doméstica ha devenido en la nueva obsesión del régimen en las últimas semanas, para alcanzar lo que ha sido definido como “soberanía alimentaria”.
A mediados de junio, Gerardo Hernández promovió, durante una visita de trabajo al municipio Urbano Noris, en Holguín, el autoconsumo y la idea de que los cubanos deben sembrar y criar animales en sus patios o en cualquier parcela, como forma de aliviar el desabastecimiento alimentario.
No es tampoco la primera vez que el exespía saca cuentas en relación con la producción de un fruto por cederista. En otra visita reciente dijo “si cada CDR produce una calabaza, y son 138 mil CDR en el país, entonces serían 138 mil calabazas de más, decimos una por poner un número, pero lo cierto es que si cada uno de nosotros pone a producir el pedacito de tierra que pueda, es menos alimentos que tiene que importar el país”.
Los CDR han convertido la siembra familiar en el nuevo lema para matar el hambre. En mayo, el coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), Carlos Rafael Miranda, también dijo que los cubanos deben sembrar hasta en sus macetas a fin de amortiguar la carencia de alimentos.
“No podemos dejar ningún espacio, ninguna parcela, ningún pedacito de tierra, incluso hemos demostrado que, con macetas, con varias formas de poder tener en algún lugar, aunque sea en un edificio, en un balcón, una mata de algo que dé alimentos”, dijo el dirigente en declaraciones al Noticiero de Televisión.
Mientras el gobierno enarbola el cultivo familiar, no faltan las denuncias sobre productos agrícolas echados a perder. A principios de junio, un campesino cubano, Elier Calvo, denunció en Facebook que "150 quintales de piña se echaron a perder por culpa del mal trabajo y la corrupción de muchos dirigentes" de una fábrica en Jagüey Grande, Matanzas.
"Prefirieron que se pudriera antes de vendérsela al pueblo con la necesidad que tenemos hoy en día y la situación en que estamos y ellos solo preocupándose por sus propios intereses", dijo Calvo.
A finales del mes pasado, periodista oficialista István Ojeda Bello dijo que al menos 50 cajas de mangos habían echado a perder por retrasos en el transporte y comercialización de ese producto en el municipio Manatí, en La Tunas.
Hace poco más de un año, a mediados de junio de 2019, la prensa oficialista cubana se hacía eco también de la pérdida, en Guantánamo, de 2.600 toneladas de mango de las 6.794 toneladas producidas durante la pasada campaña.
Aunque el Gobierno de Cuba ha controlado la pandemia de coronavirus en la isla -según las cifras oficiales- lo que ha sido incontrolable en los últimos cuatro meses han sido las colas para comprar alimentos o productos de primera necesidad, en medio de una crisis de dramático alcance cuyo fin no se avizora.
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