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Los pacientes bajo observación en el centro de aislamiento que se habilitó en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas "Vladimir Ilich Lenin", de La Habana, se quejan del maltrato que reciben por parte del personal sanitario y del desgaste psicológico que significa el aislamiento en ese lugar.
Los problemas no son solo logísticos sino también humanos, comentaron bajo la condición de anonimato varias personas que se encuentran en la Lenin.
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Una de ellas dijo a CiberCuba que, tras llevar siete días durmiendo con la misma sábana, reclamó al personal de enfermería, y luego de insistir varias veces logró que le dieran una limpia.
Otros se quejan de la demora para cambiar los nasobucos de tela, que según las indicaciones deben ser renovados al menos cada dos horas. Sin embargo pueden llevar el mismo durante todo un día sin que pase nada. Una joven dijo que la primera vez que se los entregaron “olían a costurero”, es decir que salieron directamente de los talleres de confección para los centros de aislamiento sin ser lavados y desinfectados.
Un joven, que se encuentra allí desde hace una semana, comentó que si hay recursos, pero que hay que estar detrás de la enfermera para que los entregue. Al respecto dijo que cada turno lo conforman tres sanitarias que atienden dos bloques con cerca de 200 personas. No dan abasto, comentó.
Los pacientes aislados también cuestionan la calidad humana del personal sanitario. Muchas veces hay que insistirles para que nos tomen la presión o hagan cualquier otra cosa.
“Nosotros ahora mismo somos la peste”, dice preocupada una señora que siente que la enfermedad los excluye socialmente y que muchos en el exterior los miran con recelo por temor a ser transmisores de la enfermedad.
Siento que me voy a morir aquí, dice, mientras confiesa que al llegar a la Lenin pensó que recibiría una atención médica de calidad, pero eso no es lo que sucede.
Yo no quiero un hotel, contó un joven. Dijo que una enfermera lo criticó cuando reclamó mejores condiciones en el lugar donde duermen, comen y viven. Hay que tragar buches de sangre para no cometer una locura, dice.
El sentir general de los pacientes que contactamos es que el personal sanitario encargado se molesta por todo lo que ellos, como pacientes, pueden reclamar, que no se concentran, no se planifican y al final todo el trabajo sale mal. La única manera de ver resueltas sus demandas es a través de gritos, porque si no, no te traen nada, aseguran.
La Lenin, que en su momento fue un preuniversitario de referencia en Cuba, es uno de los tantos centros de aislamiento que habilitó el Ministerio de Salud Pública de la isla para observar a los pacientes que pudieron tener contacto directo o indirecto con el coronavirus. Cada provincia cuenta con espacios de este tipo, y las propias autoridades de la isla reconocieron que no todos tienen con las mejores condiciones.
En Sancti Spíritus y en la Isla de la Juventud las autoridades policiales desarrollaron un operativo para capturar a unos ciudadanos que se escaparon de dos de estos centros de aislamiento, aunque no se explicó el motivo real por el cual decidieron no estar más en esos lugares, que según ha trascendido en diferentes denuncias, puede ser a calidad de estas instalaciones que las autoridades improvisaron para atender a los posibles contaminados de coronavirus.
En Cuba se reportan hasta este miércoles un total de 547 casos positivos de coronavirus. Los datos oficiales más recientes sumaron 61 casos confirmados. En total se registran 12 fallecidos y 27 recuperados.
El gobierno decretó la fase de "trasmisión autóctona limitada" ante el aumento de casos de COVID-19 y al ser imposible detectar la vía de infestación del virus.
Se aplicarán nuevas medidas, entre ellas limitar la cantidad de personas por ómnibus, suspender la venta de bebidas alcohólicas en bares, cafeterías y restaurantes y analizar las actividades laborales que no resultan imprescindibles para determinar entonces su cese.
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