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Samara es una niña cubana de 4 años con un tipo de epilepsia que en la Isla no ha recibido un tratamiento eficaz. Hoy sus padres piden ayuda en redes sociales para conseguir llevar a la pequeña a otro país donde atenderla con mayores presupuestos.
Según relata Ángel Lleo en Facebook, la niña tuvo al comienzo un desarrollo normal —hablaba, caminaba y gateaba— hasta que, a los 2 años y 3 meses, debutó con unos ataques de epilepsia que aún no tienen un diagnóstico certero.
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A la pequeña le han administrado varios medicamentos, pero las crisis no cesan.
“Comenzó tomando Valproato de Sodio en suspensión que no le hizo nada, se le añade Vigabatrina al tener tantas crisis y no disminuían. Se decide ingresarla en el neurológico donde se le hace prueba de la vista entre otras cosas y se ve que tiene disminución de la visión periférica y se decide suspender la Vigabatrina poniéndole entonces Prednisona la cual le sube la presión, la pone irritable a tal punto que la niña no camina más ni hace nada de lo que ella antes hacía, no tiene control cefálico. Ha tenido una involución en todos los aspectos”, explica Lleo.
Él comenta que, al suspenderle la Prednisona por los efectos, empezaron a suministrarle Topiramato junto con el Valproato, pero esta mezcla le provocó a la pequeña una diarrea bacteriana.
Con el consumo de Topiramato, dejó de comer y tuvieron que alimentarla con jeringuilla. Luego, la ingresan en el hospital Juan Manuel Márquez de La Habana, donde se retoma el Valproato, ahora en píldoras, y el Clonazepam, pero las crisis hasta tres veces en el día no se detuvieron.
Según Lleo, la visión podría perderla; “solo lo sabríamos haciéndole una prueba de genética que nos dijeron que aquí en Cuba no se realiza”.
“Lloramos todos los dias de verla así, y solo nos dicen que hay que esperar y aún no tenemos un diagnóstico, los médicos nos dicen cada uno un diagnóstico distinto y llevamos dos años con este sufrimiento”, expone.
“Es doloroso verla en cada crisis que hay que ponerle oxígeno, además termina tan decaída y estamos desesperados queremos ver a la niña caminar, hablar, que se relacione con otros niños, verla crecer, darle una mejor calidad de vida, tan solo es una niña”, agrega.
“Pedimos a los amigos y amigos de amigos, instituciones, fundaciones que nos puedan ayudar a llevar a la niña a otro país donde se le realicen las pruebas necesarias que acá no se puede hacer para ayudar a nuestra bebé”, sostiene.
Recientemente, trascendió en redes sociales el caso de otra niña cubana llamada Ashlin Naara, quien pudo viajar a Estados Unidos para ser atendida por especialistas de este país, luego de recibir una visa humanitaria en La Habana.
Naara suscitó el apoyo de la comunidad de Miami y rápidamente, a través de una campaña de recaudación, su familia pudo reunir 11 mil dólares para el tratamiento de la menor.
Incluso el popular cantante salvadoreño Álvaro Torres contribuyó a que se pudieran alcanzar esos fondos.
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