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El cantante cubano Yomil Hidalgo Puentes ha expresado su indignación tras conocer la noticia de la rotura del Eleguá gigante del Mercado de Cuatro Caminos de La Habana.
"Para mi es una falta gravísima de respeto para la religión afro-cubana, ese Elegúa nunca se debió mover, al contrario se le tenía que haber hecho un pedestal donde mismo lo encontraron ya que estuvo casi un siglo en su sitio como símbolo también de nuestra cultura e historia y menos tratarlo de la manera en que fue tratado", escribió en los comentarios de la publicación de CiberCuba Noticias en Facebook sobre el tema.
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"Con el mayor respeto que se merece, pero mi pregunta es bien sencilla: ¿dónde se encontraba Eusebio Leal? Él es el gran historiador de La Habana y esa prenda tan importante de nuestra religión forma parte también de nuestra historia", añadió.
Muchos de los usuarios han estado de acuerdo con el integrante de Yomil y El Dany le han dejado una cadena de respuestas en el propio comentario y entre los que destacan:
"Estoy muy de acuerdo con su opinión, ¿quiénes son los trabajadores que propiciaron eso, para mover algo de lo que no están facultados a mover ni por la historia ni por la religión? ¡Allá ellos con lo que les viene encima! No quiero estar en su pellejo, nada menos que Eleguá!", "Completamente de acuerdo. Lo mismo me dije cuando leí el artículo" o "Pienso lo mismo pero resulta que ya se había decidido de arriba que al reabrir el lugar el Eleguá tenía que ser movido, pero mi opinión personal y conociendo los antecedentes, fue a propósito y es una falta de respeto. Eso formaba parte de nuestra religión."
Así fue la rotura del Eleguá del Mercado de Cuatro Caminos:
La rotura del popular objeto religioso se produjo cuando una de las correas del montacargas en que lo trasladaban se rompió. Al caer al suelo, acabó completamente destrozado ante la mirada de los hombres a cargo.
El Eleguá gigante del Mercado de Cuatro Caminos fue desenterrado en el año 1994 en el patio de la plaza mientras se llevaba a cabo unas restauraciones. La imagen pertenecía a los esclavos africanos de la ciudad y su enterramiento original estuvo junto a una de las columnas por donde se descargaba la mercancía del antiguo establecimiento.
Tras su descubrimiento, se convirtió en una de las figuras más representativas del lugar y un espacio de adoración para los religiosos. Antes de su destrucción, la estatua estaba compuesta por un busto en forma de pirámide con una cabeza una piedra que representaba al santo yoruba.
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