El 24 de septiembre se festeja a Obbatalá o Nuestra Señora de las Mercedes. Para los yorubas cubanos este día es de especial significación para pedir paz en el mundo, en nuestra tierra, en la familia y en nuestra propia alma.
Obbatalá, el padre del mundo
Cuentan los yorubas que Obbatalá fue enviado por Oloddumare para crear a los hombres en la tierra y tanto amó a sus hijos que no soporta verlos pelear entre ellos. Por eso siempre hay paz y equilibrio donde él reina.
Si hay un símbolo de pureza en la religión yoruba, está representado en Obbatalá. Él es alma, amor y entrega. Quizás por eso en el sincretismo se asoció con la paloma blanca, un animal que representa, según los católicos, al Espíritu Santo.
Un Orisha con muchos caminos
Obbatalá como creador del género humano tiene muchos poderes y se le atribuye el don de la inteligencia. Se dice que él rige todas las partes del cuerpo, pero especialmente se le considera dueño de las cabezas, de sus pensamientos y de sus sueños.
El Rey de todos los santos yorubas tiene caminos femeninos y masculinos. Existen 16 avatares de Obbatalá, pero todos son el mismo sentimiento que conduce al respeto, la paz, el amor, la limpieza y la búsqueda de la verdad.
Obbatalá, las Mercedes
Como a Obbatalá, a Nuestra Señora de las Mercedes, también la visten de blanco impoluto. Esta hermosa santa es una advocación de la Virgen María venerada por los católicos.
Nuestra Señora de las Mercedes es lo mismo que la Virgen de la Misericordia. Cuenta la historia que se presentó a tres barceloneses de modo separado y cuando los hombres se encontraron y compartieron su visión, habían tenido la misma revelación mística.
La Virgen de la Merced es la patrona de Barcelona. La devoción por su imagen llegó a Cuba hace cientos de años y se sincretizó en la religión yoruba con Obbatalá, el dueño de los sueños, los pensamientos y las cabezas de los hombres.
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