Con la actual crisis que vive Cuba y al ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, solo se le ocurre preocuparse por cómo marcha la economía en Estados Unidos.
En una reciente publicación en su cuenta de Twitter, el funcionario expresó que la “coyuntura económica” en el país norteño “se complica”.
“No ha habido el crecimiento esperado. Política de reducir impuestos, tasas de interés bajas ni la guerra comercial han dado resultados buscados. Gobierno estadounidense buscará un éxito de política exterior a toda costa. Peligro”, tuiteó.
Al parecer, Rodríguez no se enterado de la grave situación que atraviesa su patria, y por eso se dedica a criticar el crecimiento económico de Estados Unidos.
Mientras el canciller sufre por los impuestos que deben pagar los norteamericanos, sus compatriotas para ir a trabajar tienen que esperar que los policías en las paradas de ómnibus paren los automóviles estatales para montar en ellos a las personas que necesitan trasladarse.
En cuanto al servicio de transporte en trenes, los cubanos solo cuentan ahora con un único tren diario desde la capital hacia los cuatro destinos en la región oriental, y en relación a los viajes en ómnibus nacionales, se estableció una salida diaria desde La Habana hasta las cabeceras provinciales, y una desde y hacia Baracoa y Manzanillo.
Las declaraciones de Rodríguez Parrilla están en sintonía con lo dicho este sábado por el gobernante Miguel Díaz-Canel, quien con mucho optimismo declaró que el país no se ha paralizado y que ya ha superado el primer momento de la crisis energética.
El mandatario inauguró el hotel Meliá Internacional de Varadero, en un acto junto al ministro de Turismo, Manuel Marrero, quien presumió que la apertura de la instalación era “una demostración” de que en el país no cunde “el desconcierto ni la improvisación”.
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