Los vecinos de la localidad de Cojímar, en el municipio de La Habana del Este, han hallado numerosos ejemplares del caracol gigante africano, una plaga que se ha extendido ya a toda la Isla.
Tres videos llegados a CiberCuba muestran varios de estos moluscos encima de varias plantas de cactus y sobre la tierra, mientras un hombre se acerca y los va descubriendo.
Este es otro ejemplo de la peligrosa proliferación del caracol gigante africano por toda Cuba y la poca atención que ha recibido el pueblo por parte de las autoridades sanitarias para su erradicación.
Recientemente se denunció cómo en Alamar, otro barrio del mismo municipio capitalino, los vecinos se han movilizado y han puesto en marcha sus propias medidas para combatir a esta especie exótica invasora, ante la falta de soluciones reales de los servicios sanitarios.
En el mes de julio Jancel Moreno, activista LGBT, compartió varias imágenes en su perfil de Facebook en las que se veían restos de caracoles que fueron quemados.
Las autoridades cubanas han dejado a la población la responsabilidad de acabar con el caracol africano. En agosto, una funcionaria reveló a la Agencia Cubana de Noticias que no existe en el país un cuerpo, ni de salud ni de la agricultura, para el control de la plaga.
Mientras, el molusco, cuya presencia se detectó en la isla en 2014, se sigue extendiendo por todo el territorio.
A principios de junio, tras múltiples denuncias de la ciudadanía, el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV) emitió indicaciones para ayudar a la población a eliminarlo.
El caracol africano se ha convertido en un problema sanitario, ya que puede tener larvas del nematodo Angiostrongylus cantonensis, un parásito pulmonar de las ratas que, al ingerir las larvas que portan los moluscos, se infectan, y con ello pueden transmitirle al hombre la meningoencefalitis eosinofílica, una inflamación de la membrana que cubre el cerebro.
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