La recién abierta tienda de productos Samsung, ubicada en la intersección de las calles Aguilera y Corona en Santiago de Cuba, fue escenario el martes de un robo en horas de la madrugada, informó el diario Cubanet.
Según declaraciones de la gerente de la tienda, todo parece indicar que el ladrón había visitado la instalación con anterioridad. Por el momento, solo se registran dos teléfonos de última generación robados: un Samsung S9 Plus y un Note 9.
“Seguro vio que tenemos cámaras en varios ángulos y por eso se encapuchó, pero cuando rompió el cristal y pasó, se cortó, porque en el piso y en los pedazos de cristales rotos había restos de sangre”.
Milagros, una vecina de la localidad, comentó que un crimen de esta envergadura nunca había ocurrido en el área.
“Aquí estuvo Trasval y la tienda de merma y nunca fue robada por gente de la calle. Yo me imaginé que esos nuevos productos que se pretenden vender, que son sumamente costosos, podían ser objeto de robo, pero nunca creí, que podría ser asaltada la tienda”.
Incluso, hay quien sostiene la teoría de que el robo fue un “complot” entre el guardia de la tienda y el asaltante. Sobre todo, porque al arribar las autoridades a la escena del crimen, el custodio estaba borracho y aparentemente “no había visto nada”.
La lujosa tienda abrió sus puertas al público santiaguero en julio, con televisores de pantalla curva y “flat”, varios modelos y gamas de teléfonos móviles, lavadoras y refrigeradores de diferentes dimensiones. Sin embargo, gran parte de los productos están en mera exhibición. A ciencia cierta, ni los propios trabajadores del recinto conocen cuáles serán los precios de los ítems ofertados o la fecha en que estarán disponibles.
Por ahora, solo se conoce el valor de un horno (164 CUC), dos tipos de lavadoras -automática (400 CUC) y semiautomática ( 250 CUC)- y un modelo de refrigerador (cerca de los 1300 CUC).
Esta no es la única tienda de productos Samsung en la Isla. Hace dos años atrás abrió una instalación similar en el mercado de 3ra y 70, municipio capitalino de Playa, cuya mercancía sigue estando lejos del bolsillo de cualquier cubano.
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