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Malos tratos, escasez y suciedad caracterizan de manera general a las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) a lo largo de la mayor de las Antillas pero, para los que por estos días recorren los anaqueles de la TRD Plaza de Marte en Santiago de Cuba, otra realidad causa repugnancia ante sus ojos. Se trata de cucarachas en los exhibidores, un mal también endémico de muchas de las tiendas, y que ante la falta de higiene y control se agudiza y horroriza a sus clientes.
CiberCuba, conversó con algunas personas que se encontraban en el lugar, quienes reconocieron estar acostumbradas a la aparición de los insectos en los inmuebles comerciales.
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Tania, dice que no es la primera vez que se topa con cucarachas caminando entre los productos alimenticios de las TRD, “en varias ocasiones he estado buscando cualquier producto en los estantes y cuando levanto algo salen las cucarachas, como si nada, y muchas veces hasta sus desechos están pegados a los productos. Les he reclamado a los tenderos y me han hecho el caso del perro; simplemente no les interesa”.
Bárbara, es otra de las clientas que muestra su malestar ante este conocido mal: “las cucarachas son parte de las tiendas y, a pesar de que fumigan todos los miércoles, es como si nada, o no están echando el insecticida que debe ser o simplemente están usando la fumigación como excusa para no trabajar. Lo peor es que yo les tengo pánico a las cucarachas y cuando veo una sobre algo de comer, aunque esté sellado no me lo como ni muerta”.
La señora añadió, además, haberse topado con ratones pasando de anaquel a anaquel, “lo peor es ver ratones caminando por la tienda, y entre los exhibidores, eso da un asco tremendo, pero a nadie le importa y no hacen nada para remediarlo”.
Una trabajadora del centro en cuestión, ante el reclamo de los clientes que observaban cómo los insectos recorrían uno de los anaqueles desgastados de la tienda, y caminaban libremente entre pomos de vinagre y algunos paquetes de frijoles, se mostró ajena y despreocupada, y solo le dijo a otro trabajador de la instalación: “oye, el miércoles sí hay que fumigar, que esto está en candela”.
La reacción de la empleada, por su parte, da cuenta de los malos trabajos en estos centros estatales, y pone en entre dicho la aplicación de las normas establecidas el pasado año en cuanto a protección al consumidor quien, lamentablemente, también se convierte en muchas ocasiones en cómplice del atropello al reclamar sus derechos.
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