A punto de cumplirse este 19 de abril el primer año de mandato de Miguel Díaz-Canel, varios cubanos en la la Isla creen que podría “no quedarle mucho en su puesto” de presidente.
Las opiniones sobre la permanencia o no del actual gobernante se han hecho sentir tras darse a conocer en la última semana que entre las consecuencias inmediatas de la recién proclamada constitución cubana se encuentra la elaboración de una nueva Ley Electoral, que será puesta a consideración del Parlamento en julio del presente año.
En palabras de la abogada Alicia, de 51 años, “todo parece un juego. Creo que Díaz-Canel es una víctima del propio sistema. Lo pusieron a dirigir el país para aparentar democracia y, cuando la situación fuera crítica, como lo está haciendo ahora, quitarlo.
“Él no pasará de las siguientes elecciones. Han estado preparando todas las condiciones, a través incluso de la Carta Magna, para que la familia Castro retome el poder. No será Raúl (Castro), pero sí alguien cercano a él quien sustituya a Díaz-Canel”, asegura la jurista.
Tras entrar en vigor la Ley Electoral, la Asamblea Nacional elegirá el Consejo Electoral Nacional y, antes de los tres meses siguientes, a su presidente, vicepresidente y secretario, a los demás miembros del Consejo de Estado, y al presidente y vicepresidente de la República.
Una vez elegido, el presidente de la República tendrá también tres meses para presentar el nuevo Gobierno (primer ministro, viceprimeros ministros, secretario y demás miembros del Consejo de Ministros), que quedará designado por el Parlamento. Por tanto, se espera que todo eso ocurra antes de que termine el 2019.
De acuerdo con lo que reafirma el ingeniero informático Andrés, de 39 años, “estoy seguro de que Díaz-Canel no ha sido más que un títere. Le dieron el cargo que tiene para que aguantara los palos y luego venir ellos (los Castro), y actuar como héroes que ‘mejorarán’ las cosas.
“Tanto el ex yerno de Raúl, que dirige el Grupo de Administración Empresarial (GAESA) que controla gran parte de la economía del país, como su hijo Alejandro o la propia Mariela Castro, que ya es una figura que defiende causas ‘justas’, podrían asumir la presidencia.
“Muchas personas sienten lástima por Díaz-Canel porque lo creen una especie de cordero sacrificado. Saben que no está respaldado. Ni pertenece a la llamada ‘generación histórica de la Revolución’, ni lleva ‘sangre real’ y eso lo hace profundamente prescindible. Él ha ‘gobernado’ sin dejar de estar vigilado, supervisado, completamente monitoreado, por los Castro”, explica el joven cuentapropista.
A pesar de que el propio Raúl Castro ha destacado la demostrada “firmeza ideológica” de Díaz-Canel, quien “no es un advenedizo ni un improvisado”, según refiere la filóloga Alina, de 45 años, “no se les ve mucho juntos en público y a veces hasta se nota una especie de tensión entre ellos. Han tratado de hacer ver que no seguimos regidos por una misma dinastía, pero la práctica los desmiente. Es evidente que quienes han tenido siempre el poder no lo soltarán fácilmente.
“Todo está muy bien armado para que la segunda generación de los Castro mantenga el control del país y no creo que esperen a que Raúl se muera para que eso pase. A nadie le interesará ver fracasar a Díaz-Canel, sino estar listo para tomar su lugar. Es imposible que estemos mucho tiempo más sin un integrante de la familia Castro al frente”, resalta.
Si bien ha defendido darle continuidad a la Revolución desde que se convirtió en presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba en 2018, Díaz-Canel ha dejado claro en más de una ocasión que el primer secretario del Partido Comunista Raúl Castro encabeza “las decisiones para el presente y futuro de la nación”.
Hasta el momento, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, quien vino al mundo el 20 de abril de 1960 en la entonces provincia de Las Villas, es el político cubano nacido después de 1959 con más alto rango dentro del gobierno de la isla.
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