La Estación Central de Ferrocarriles de La Habana, situada en La Habana Vieja, fue cerrada en 2016 debido a su estado constructivo y desde entonces lleva sometida a una labor de reparación que debe dotarla de nuevos salones y servicios, sin desechar sus valores patrimoniales que la acreditan como Monumento Nacional.
El arquitecto Ahmed Gómez Cabrera informó a Cubadebate que el avanzado estado de deterioro impidió una mayor celeridad en la restauración, por peligro de derrumbe. Ello, además del atraso de la llegada de algunos materiales, ha provocado que las obras tengan más de 100 días de atraso.
“El proyecto se dividió en dos etapas concernientes a la reparación y otra a la rehabilitación. En un primer momento se rescató elementos de la cubierta, las fachadas, la herrería, los enchapes de los muros de mármol y los pisos, así como la carpintería exterior”, explicó.
“Se ha trabajado intensamente en la estabilización de las dos torres del edificio a la cual se les coló por dentro una estructura de acero para darle mayor fortaleza”, añadió.
El inmueble contará con nuevos pisos y salones, donde se ubicarán tiendas, cafeterías, escaleras eléctricas y un parqueo, adornados con un reloj colgante y elementos de cristalería.
El edificio contará con sistemas de comunicación con WIFI y una terraza vinculada al salón de espera, más grande que la anterior y que estará fuera del lobby central.
“Se prevé una capacidad de más de 16.000 pasajeros diarios. Los sistema de clima, electricidad e información serán modernizados. En el caso de los andenes se restauró todo el acero y el sistema pluvial se hizo completamente nuevo. Los andenes serán diferenciados, para trenes de cercano y largo recorrido. Los 1 y 2 serán los de mayor longitud”, aclaró el especialista.
La obra forma parte de la modernización del sistema ferroviario nacional. El gobierno cubano, con financiación extranjera, ha adquirido nuevas locomotoras, coches y está reparando las líneas.
Hace dos semanas el fabricante ruso de maquinaria ferroviaria Transmashholding JSC anunció que dará 23 locomotoras diésel LDE-2500 a la Unión de Ferrocarriles de Cuba, en un periodo de 45 meses. Días atrás arribaron a La Habana siete locomotoras y un ferrobús, procedentes de Rusia.
Ambos países acordaron en 2016 desarrollar un proyecto de infraestructura ferroviaria para reanimar el deprimido sistema ferroviario de la Isla.
Francia también invertirá unos 40 millones de euros (46,7 millones de dólares) para actualizar la red cubana de ferrocarriles.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: