Venden “huevo en polvo” en los mercados de Villa Clara

Probablemente muchos cubanos tampoco tengan la posibilidad de comprar ese paquete de harina amarillenta que ahora mismo se vende en los mercados santaclareños. 65 pesos es un precio todavía exorbitante, para probar suerte con “el huevo en polvo”

Bolsa de huevo en polvo vendida en Villa Clara © CiberCuba
Bolsa de huevo en polvo vendida en Villa Clara Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 6 años

Son paquetes transparentes y aplanados, sin rótulo ni información alguna, en el estante solo figura el precio del producto: 65 pesos. Cuando el cliente pregunta por el contenido de la bolsa una voz desganada dice desde el otro lado del mostrador: “es huevo en polvo”, y si no fuera por el semblante deslavado de la vendedora uno pudiera creer que se trata de un chiste de mal gusto.

Nada de bromas. Algunos se preguntan mediante qué proceso de alquimia es posible transformar las posturas en esa harina amarillenta que ahora se expende en los mercados de Santa Clara, sin embargo, la interrogante más recurrente es otra. A la gente no le importa demasiado cómo se elabora eso. Lo que todo el mundo me pregunta es cómo se cocina y se come. "¡Y yo qué sé! A lo mejor sirve para tortillas”, me explica la dependienta.


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No es para menos, la comercialización de huevos se ha convertido en un asunto delicado para los villaclareños desde que el gobierno territorial decidiera regular su venta por la libreta de abastecimiento. Tras el paso del huracán Irma y luego las afectaciones de la tormenta Alberto, las granjas del territorio fueron de las más afectadas del país y ello ha determinado una disminución considerable en la producción de posturas.

Desde junio se dejó de vender el huevo de manera liberada en los mercados —como sucede en el resto de Cuba—y regresó a las bodegas del territorio. Se estableció que los habitantes de la ciudad de Santa Clara recibieran 7 unidades mensuales, mientras que a los residentes en los municipios se les asignaron cinco, y quienes viven de las zonas rurales se quedaron sin opción alguna: ni liberado ni normado, ¿se sobrentiende que tienen gallinas?

La medida pretendía lograr una distribución más equitativa del alimento en momento de crisis alimentaria, pero seis meses después la situación sigue idéntica, o todavía más grave: Tras una inusual tardanza en la asignación correspondiente al mes de noviembre, este miércoles por fin se han comenzado a expender los huevos en la provincia, solo que a los santaclareños le rebajaron las 2 posturas que los diferenciaban del resto de los villaclareños. ¿Por qué? Nadie lo sabe.

Lo cierto es que resulta un verdadero lujo comer huevo en Villa Clara, pues 5 unidades percápita no son suficientes para satisfacer durante una semana las demandas nutricionales de esas familias de más bajos recursos que dependen casi exclusivamente de ese alimento, y otros como el picadillo de soja, la mortadela o el fragmento de pollo que viene por la libreta.

Muy probablemente esos cubanos tampoco tengan la posibilidad de comprar ese paquete de harina amarillenta que ahora mismo se vende en los mercados santaclareños. 65 pesos es un precio todavía exorbitante, para probar suerte con “el huevo en polvo”.

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