Dos niñas residentes en el municipio de Cabaiguán, descubrieron el mes pasado varios caracoles de diversos tamaños y colores cerca de su casa, e inocentemente los cogieron para jugar.
Ante su multiplicación en el barrio, el padre de las pequeñas y unos vecinos los recogieron y llenaron con ellos dos cubetas con capacidad de 20 litros.
“Las autoridades sanitarias del territorio se personaron aquí, realizaron muestreos y nos dieron orientaciones al respecto. Todos los que cogimos ya fueron quemados y luego enterrados para evitar su proliferación”, dijo al periódico Escambray.
Se trata del caracol gigante, oriundo del continente africano, pero que se ha extendido a casi todo el mundo y es considerado una de las 100 especies más invasivas del planeta. Posee una fecunda reproducción, pues es capaz de poner entre 50 y 300 huevos seis veces en el año, con una alta esperanza de vida.
El molusco se vio por primera vez en Cuba en julio del 2014, en el reparto Poey, en el municipio de Arroyo Naranjo, en la capital. Los campesinos cubanos de ese territorio han pedido ayuda a las autoridades para acabar con la plaga, que también se ha visto en Artemisa y Mayabeque.
En agosto se detectó en el municipio de Placetas, en Villa Clara, y ahora en Cabaiguán, lo que muestra cómo se ha ido desplazando.
Por su parte la doctora Yurien Negrín Calvo, vicedirectora de Epidemiología en el Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, explicó se trabaja en el control y saneamiento del área, pues es una especie dañina para la salud.
Según detalla Escambray, si las personas se infectan al ponerse en contacto con larvas pueden contraer la meningoencefalitis, de consecuencias fatales si no se atiende a tiempo.
“Lo más recomendable en caso de su aparición —dice la doctora Yurien— es no tocarlo, principalmente los niños; lavarse bien las manos, las frutas y verduras antes de consumirlas, no usarlo como alimento, mascotas, adorno o carnada para capturar otros animales. Se recomienda, además, mantener la limpieza total de los patios y parcelas, pues pueden hospedarse en cualquier sitio donde abunde la vegetación y los desechos”, aclaró.
El caracol gigante africano es hermafrodita, por lo que genera óvulos y espermatozoides simultáneamente. Deposita sus huevos en el suelo, donde los entierra hasta 25 centímetros bajo la superficie. Los ejemplares adultos llegan a medir hasta 30 centímetros de largo.
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