Este martes ha comenzado la Asamblea General de las Naciones Unidas y el segundo presidente en subir al podio, después del brasileño Michel Temer, ha sido Donald Trump, quien ha destacado que Estados Unidos rechaza la ideología de la globalización.
Trump ha revestido todo su discurso de un tono muy nacionalista, en el que ha hecho alusión a un “progreso extraordinario” desde su intervención del año pasado.
“En menos de dos años mi Administración ha hecho más que cualquier otra Administración en la historia de nuestro país”, afirmó, lo que desató risas en el público. El presidente respondió diciendo que no se esperaba esa reacción.
Asimismo ha dicho que Estados Unidos es “más fuerte, seguro y rico” desde el inicio de su presidencia, en enero de 2017. Ha precisado, además, que Washington no dirá al resto del mundo cómo vivir, pero solo pide que se respete la “soberanía” estadounidense.
Ha elogiado las negociaciones con Corea del Norte, aunque admite que queda mucho trabajo por hacer y repite que las sanciones se mantendrán hasta que “la desnuclearización ocurra”.
Sobre Siria, ha hecho referencia a una situación “descorazonadora” y ha apostado por “una desescalada militar y una solución política” al conflicto. Ha advertido al régimen sirio que Estados Unidos volverá a “responder” si utiliza armas químicas, como ya ha hecho en dos ocasiones con ataques militares.
Aunque hace un año, durante su primera intervención en la ONU, Trump se mostró durísimo y amenazante con Corea del Norte e Irán, ahora los reproches a Corea han desaparecido pero las amenazas a Irán han aumentado.
En este sentido, el presidente norteamericano ha celebrado la salida de su país del acuerdo nuclear con Irán, ha llamado al mundo a “aislar” al régimen de los ayatolás y le ha amenazado con más sanciones.
Acusa, además, a los líderes iraníes de promover el “caos, la muerte y la destrucción” e insta al resto del mundo a “denegar los fondos que necesita para abordar su sangrienta agenda”.
En materia comercial, Trump ha defendido su cruzada arancelaria y ha avivado el discurso nacionalista: “Ya no toleraremos este abuso”, advirtió; y añadió que “América nunca pedirá perdón por proteger a sus ciudadanos”.
“Rechazamos la ideología del globalismo”, ha proclamado, y ha pedido abrazar el “patriotismo”. En este sentido, ha celebrado la retirada de EE.UU. del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y el no reconocimiento a la Corte Penal Internacional.
En otro orden, ha hecho una “llamada para la restauración de la democracia en Venezuela” y ha anunciado nuevas sanciones al círculo más cercano de Nicolás Maduro.
El presidente también ha anunciado una revisión de las ayudas humanitarias de Washington a la ONU. “Solo daremos ayuda exterior a aquellos que nos respeten y francamente sean nuestros amigos”, destacó.
Donald Trump finalizó su discurso con énfasis en el nacionalismo, “Debemos proteger nuestra soberanía y valorar la independencia por encima de todo”, ha dicho.
Sobre esa base, ha precisado que el mundo encontrará “nuevas avenidas para la cooperación, nueva pasión para la paz, y un nuevo sentido y determinación”.
“Escojamos un futuro de patriotismo, prosperidad y orgullo; de libertad frente a la dominación y la derrota", concluyó.
Un año después de su primera comparecencia en idéntico foro, Trump se presentó con varios temas polémicos sobre la mesa. El año pasado ya había anulado el acuerdo del clima de París y los dos tratados comerciales internacionales con Europa y con el área del Pacífico.
Este año, a la anulación del acuerdo iraní se suma el traslado de la embajada de EE.UU. de Israel a Jerusalén, la eliminación de los fondos para Palestina, la participación en la Unesco y en el Consejo de Derechos Humanos anulada, la contribución a las fuerzas de mantenimiento de la paz reducida, y las guerras comerciales en marcha, especialmente con China.
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