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La Empresa Avícola de Camagüey prevé terminar 2018 con una producción superior a 124 millones de huevos, cifra que no satisface la demanda a pesar de constituir un “sobrecumplimiento” de su plan.
Un reportaje de la televisión cubana muestra los logros de la Unidad 16 América Latina, del territorio, pese a que durante todo este tiempo se ha mantenido la escasez de huevo en la provincia.
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No es la primera vez que las empresas agropecuarias estatales de la Isla muestran su orgullo por el “importante sobrecumplimiento de sus planes”. Recientemente las unidades avícolas de Matanzas se jactaban por haber sobrepasado su programa en dos millones de posturas. Sin embargo, en la provincia no hay huevos.
Al parecer, a ningún dirigente del sector se le ha ocurrido que los planes deben modificarse y actualizarse, y que si se cumplen tan alegremente es porque no están basados en necesidades reales.
También el periódico La Demajagua, de la provincia de Granma, anunció ruidosamente el pasado jueves el final de la escasez de huevos en La Habana, Sancti Spíritus, Guantánamo y el propio territorio granmense, gracias al sobrecumplimiento de la Empresa Avícola de Granma, capaz de producir 4 millones de huevos por encima de su plan.
La estrategia para lograrlo fue simple: la buena alimentación de las gallinas. En este caso no explican qué han comido las aves de las otras provincias que no pudieron cumplir sus planes.
Al ver estas noticias de la prensa oficialista, la propia Central de Trabajadores de Cuba se pregunta cómo, si aparentemente todo marcha tan bien, el país debe importar la mayor parte de los alimentos que consume.
En el caso específico de los huevos, estos se “perdieron” después del paso del huracán Irma, en septiembre pasado. Su venta, ya liberada, volvió a ser normada a través de la libreta de abastecimiento.
La última novedad del gobierno fue el anuncio, a principios de abril, de la venta de una bolsa de un kilogramo de huevo en polvo a 65 pesos cubanos, un “invento” al que los cubanos no acaban de acostumbrarse.
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