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El escritor cubano Ángel Santiesteban-Prats, quien estuvo recientemente en Bogotá para participar en un foro por la Universidad Sergio Arboleda y la Fundación Vista-Larga, con sede en Miami, contó en entrevista con la publicación El Tiempo, cómo es su vida dentro de Cuba y la represión que ha sufrido luego de abrir su blog Los hijos que nadie quiso.
“Estuve preso dos años y medio, de una condena de cinco. Me trataron como un preso político. Las autoridades de prisiones no eran las que me gobernaban, ellas solo me cuidaban. El que regía sobre mí era el Departamento 21 de la Seguridad del Estado (la policía política)”, contó.
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Santiesteban, que salió de la cárcel en julio del 2015 gracias a una intervención de eurodiputados, dijo haberse decidido a abrir el blog como forma de luchar contra el sistema, contra el régimen, “porque sentí asco de mi doblegamiento ante la dictadura y ante las cosas que suceden”.
Ante la pregunta de cómo era ser escritor o bloguero en Cuba, respondió: “Hasta una época podías criticar el sistema sin mencionar a los Castro; podías hacer una literatura crítica, ellos te ponían en una lista que si no era negra, era gris, ya con pespuntes negros, pero bueno, no era negra, como en la que yo estoy ahora. Se puede jugar con la cadena, pero no sacar a bailar al gorila. A partir de que yo abrí el blog en el 2008 ya me metí con el gorila, que comenzó a dar sus zarpazos”.
El escritor también contó la odisea de la censura en las editoriales cubanas: “Si es un cuento de prostitución y pones a un policía corrupto, ¡oh, espérate!, te estás metiendo con el Ministerio del Interior; si el padre de la muchacha es un funcionario del gobierno, ¡oh, te estás metiendo con el Ministerio de Relaciones Exteriores!”.
Pero su salida de la Isla para este foro en Bogotá también estuvo llena de ‘mañas y artimañas’ de la Seguridad del Estado. Una vez en el aeropuerto, lo detuvieron y lo llevaron a una estación cercana, donde tuvo que pasar la noche, y le inventaron toda clase de delitos para retenerlo.
“Primero que estaba involucrado en una estafa de un móvil. Luego, tráfico de drogas. Después, que era por una estafa con una moto, y finalmente volvieron a la historia del móvil. Me liberaron al otro día por la presión que hizo la Fundación Vista-Larga desde afuera”, comentó.
Ante la inevitable pregunta acerca del cambio de presidente ocurrido en la Isla el pasado 19 de abril, el escritor aseguró que la libertad de expresión no se mantendría igual, sino que sería “peor, porque ahora los Castro van a trabajar detrás del rostro de otro”.
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