La Habana, 1 mar (EFE).- Cuba planea en 2018 una inversión millonaria para modernizar su industria de cemento y aumentar la producción de ese sector, que se espera duplicar para 2025 y así contribuir a los actuales esfuerzos del país por solucionar el grave déficit de vivienda, publican hoy medios oficiales de la isla.
La inyección de capital, a corto plazo, significaría para el Estado cubano desembolsar más de 700 millones de pesos en "moneda total", término oficial que puede incluir dólares y pesos cubanos y obedece al enrevesado sistema de cambio del país, que impone tasas diferenciadas en cada sector debido a la dualidad monetaria aún en vigor.
Una de las primeras acciones será el montaje de una nueva fábrica en Santiago de Cuba (este) en sustitución de la obsoleta planta "José Mercerón", de 1955, dijo el director adjunto del Grupo Empresarial del Cemento, Pavel Cansino, en declaraciones a la oficial Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Capacidad para un millón de toneladas
La nueva planta deberá estar lista en tres años, con una capacidad para producir al año cerca de un millón de toneladas de clínker (materia prima para la elaboración de cemento) y 1,2 millones de toneladas de cemento gris.
Este año se mejorarán también dos fábricas en las provincias centrales de Camagüey y Sancti Spiritus, esta última la única en Cuba que produce cemento blanco.
Cansino adelantó que la aspiración del país caribeño es recuperar otras seis plantas en toda la isla, entre ellas una situada en el Mariel, cerca de La Habana, construida en 1918.
Cuba no produjo las más de 1,5 millones de toneladas de cemento previstas para 2017, plan que cumplió en un 92%, debido a problemas de financiación para mantener las plantas, fallas en el transporte y la insuficiente disponibilidad de bolsas para envasar el producto.
La falta de viviendas
La falta de vivienda es uno de los problemas más sensibles y difíciles de resolver en la Isla, donde es habitual que en un mismo hogar convivan más de tres generaciones.
Con la caída de la Unión Soviética y el inicio de la intensa crisis de la década de 1990, se paralizó en el país la construcción estatal de edificios multifamiliares y disminuyó la producción de materiales.
Hace unos cinco años, el Gobierno implementó un programa de subsidios y créditos para la construcción de casas, aunque el problema persiste debido al aumento de la población y al progresivo envejecimiento de las edificaciones.
A eso se añaden los exorbitantes precios de las casas, inalcanzables para el salario cubano medio, de unos 30 dólares al mes.
El pasado diciembre el presidente cubano, Raúl Castro, insistió en la necesaria búsqueda de soluciones "ágiles" a la escasez de vivienda.
Y anunció que trabajan en la creación de "un programa más abarcador", que pretende impulsar el uso de "diferentes tecnologías de la construcción" y la producción local de materiales.
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