Tres familias que perdieron a seres queridos en la masacre de Orlando en junio de este año, cuando murieron 49 personas en un club gay de esa ciudad, han presentado una demanda contra Google, Facebook y Twitter.
Piensan que sin el soporte de “reclutamiento” que suponen las redes sociales, no se habría extendido de manera tan notable el terrorismo en los últimos años.
Ese es el argumento sobre el que algunos familiares de las víctimas de la masacre de Orlando han elaborado su demanda.
Según esta acción legal, las compañías permitieron “el acceso a los terroristas islámicos a sus plataformas para esparcir su mensaje extremista, recaudar fondos con los que alimentar su operativo, y captar soldados dispuestos a luchar por su causa”.
Según un abogado entrevistado en este reportaje de Univisión, el tema es polémico porque las compañías pueden lavarse las manos con el argumento de que ellos no son responsables de la información que cuelgan sus usuarios.
No obstante, según detallan medios de prensa, Twitter, Facebook, Google y Microsoft anunciaron recientemente la creación de una base de datos conjunta con el fin de seguir el rastro de contenido que pueda ser utilizado por grupos extremistas para tareas de reclutamiento y de financiación.
El propósito sería eliminar vídeos, fotos y bloquear el acceso a esas cuentas lo antes posible.
En todo caso, es un asunto que genera un intenso debate. Nadie duda que internet es una Caja de Pandora.
Las nuevas tecnologías se enfrentan al desafío de fomentar el bien en un mundo en el que se extiende a pasos agigantados el mal.
El abogado que representa a los demandantes de Orlando es el mismo que demandó a estas mismas tres compañías en nombre uno de los fallecidos en los atentados de París, en noviembre de 2015.
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