Es un hecho que muchos de los que ayer vimos el discurso del presidente norteamericano Barack Obama desde la computadora y no en el Teatro Nacional “Alicia Alonso”, nos sorprendimos ―e incluso nos frustramos― con algunos silencios donde tantos miles de cubanos del exterior (y seguramente también dentro de Cuba) hubiéramos puesto sonoros aplausos y expresiones de asentimiento.
Que eso iba a pasar, era previsible, como previsible era que el “público” presente en el teatro sería muy escogido ―pero no en el sentido erudito del término― sino en el sentido “militante”, con la acepción que todo cubano sabe que esa palabra conlleva en la Isla.
Es por ello que las declaraciones recogidas en este vídeo confirman lo que muchos ya imaginábamos, que en parte de la sociedad cubana “todo seguirá igual”…y que la fábula de los tres monos seguirá amordazando los ojos, oídos y bocas de muchos cubanos: unos por simulación pragmática, otros por no perder ventajas materiales o de estatus, y habrá también quienes crean de veras en esa retórica, cada vez más delirante y apartada de la realidad y del día a día de los cubanos de la Isla.
La síntesis escuchada en estos diez minutos nos deja a mitad de camino entre una improvisada y portátil “mesa redonda” y una “brigada de acción rápida”, de esas que estaban entrenadas para mutilar la espontaneidad y el pensamiento propio, allá por los años noventa.
Con más o menos matices, todos los entrevistados han expresado malestar, preocupación, indignación y asombro, por lo que algunos tildan de “nueva estrategia”…. y la necesidad de alerta ante el peligroso vecino que se excede en proporcionar consejos a los cubanos, que no necesitan de ellos ni los quieren; ¿por qué? “Pues porque aquí estamos divinos desde el 1ro de enero de 1959”….
El aspecto común a todos ―incluso la estudiante norteamericana entrevistada― es el disgusto ante el diagnóstico (sutilmente expresado por Obama) del creciente divorcio entre la “juventud Cubana” (en la que el presidente norteamericano ve el motor del cambio) y un Estado Cubano que simboliza el estatismo, la falta de libertades y de democracia.
Y es que nada duele tanto como la verdad, la evidencia de enfrentamiento entre lo nuevo como salvación y lo viejo como sepultura, ha molestado y mucho…
A propósito de ello valdría preguntarse:
-¿cómo se puede salir a hablar en nombre de una juventud revolucionaria, socialista y creyente del Estado Cubano, cuando las cifras de emigración juvenil en Cuba son tan alarmantes?
-¿cómo se puede hablar en nombre de los jóvenes cubanos cuando en los últimos años esos mismos jóvenes no hacen más que huir en masa por las vías más increíbles?
No hay peor ciego que el que no quiere ver, y esta entrevista está plagada de ciegos, sordos y mudos.
Una cosa es tomar con cautela y precaución el discurso de Obama, algo comprensible hasta cierto punto en quienes vean necesario y saludable un punto de desconfianza hacia quien era oficialmente “el enemigo” hasta hace poco; y otra cosa bien diferente es enquistar el rechazo, e institucionalizar el odio o sentencias enfermizas como:
“el enemigo siempre es el enemigo” o “los cubanos no olvidan”.
Podrían extraerse de estas declaraciones fragmentos indignantes, sorprendentes, subversivos o preocupantes…, pero es mejor que cada uno escuche, anote y confeccione su propio bestiario.
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