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A dos meses de dejar la Casa Blanca, el presidente Joe Biden presentó una propuesta para que los programas de salud Medicare y Medicaid cubran medicamentos para la pérdida de peso, como Wegovy y Ozempic.
Este cambio, que reconoce la obesidad como una enfermedad crónica tratable, podría beneficiar a millones de estadounidenses y reducir significativamente el costo de estos medicamentos, que actualmente supera los $1,000 al mes, reportó Telemundo.
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Con más del 40% de la población estadounidense considerada obesa, la medida busca ampliar el acceso a tratamientos que hasta ahora solo están disponibles para quienes padecen diabetes u otras afecciones relacionadas.
Según el secretario de Salud, Xavier Becerra, la cobertura podría incluir a 3,5 millones de personas adicionales en Medicare y 4 millones en Medicaid, además de los más de 28 millones de personas en Medicaid que ya cumplen con los criterios de obesidad.
Aunque la iniciativa cuenta con el respaldo de una coalición bipartidista en el Congreso, enfrenta desafíos significativos.
No obstante, Telemundo señaló que la administración entrante de Donald Trump podría bloquear su implementación, ya que su nominado para secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., ha expresado oposición a estos medicamentos, sugiriendo en su lugar invertir en alimentos saludables y gimnasios como alternativas más económicas.
El mercado de medicamentos para la obesidad, liderado por Wegovy de Novo Nordisk y Zepbound de Eli Lilly, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
Estos medicamentos, basados en la semaglutida, imitan una hormona que regula el apetito y pueden ayudar a los pacientes a perder entre un 15% y un 25% de su peso corporal.
Sin embargo, su elevado costo y la escasez han limitado su acceso, haciendo que hasta ahora sean mayormente utilizados por personas de altos ingresos.
La propuesta, que podría estar lista en enero, días después de la toma de posesión de Trump, estima un costo de 35,000 millones de dólares en la próxima década.
Sin embargo, sus defensores argumentan que a largo plazo podría generar ahorros significativos al reducir el gasto en tratamientos para enfermedades crónicas asociadas con la obesidad, como diabetes y enfermedades cardíacas.
Este cambio no solo podría transformar la manera en que se trata la obesidad en Estados Unidos, sino que también pone en debate la equidad en el acceso a medicamentos, ya que un estudio reciente reveló que el 85% de las recetas de semaglutida en 2023 se dispensaron a personas blancas, dejando a comunidades de menores ingresos y otras etnias con opciones limitadas.
La controversia sobre esta propuesta refleja un dilema creciente entre los costos de la salud pública y la necesidad de abordar una de las mayores crisis de salud en Estados Unidos, en un momento crucial de transición política en el país.
Recientemente, la administración del presidente Joe Biden anunció que para el año fiscal 2025 se otorgarán 64,716 visas de trabajo temporales adicionales H-2B, destinadas a trabajadores no agrícolas.
Estas se suman a las 66,000 visas previamente aprobadas por el Congreso, lo que eleva el total a más de 130,700 visas, alcanzando el máximo permitido por la legislación actual.
El anuncio tuvo como antecedente una cordial reunión en el Despacho Oval de la Casa Blanca, entre el presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente electo, Donald Trump, para formalizar el inicio de la transición de poder.
Se espera que Trump desde su llegada a la Casa Blanca comience a tomar medidas que afectarán directamente a los inmigrantes ilegales, pero no le interesa afectar la fuerza laboral en Estados Unidos, de ahí que esta aprobación de visados de trabajo sea tan importante para muchas personas en América Latina y el Caribe.
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