El ex espía Ramón Labañino Salazar, uno de los llamados “cinco héroes” de la Red Avispa, ofreció una conferencia en España en la que afirmó categóricamente que “las Mipymes en Cuba están para fortalecer el socialismo”.
Invitado por el Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba (MESC), una agrupación española de más de 50 asociaciones y colectivos de amistad y solidaridad con el régimen comunista de La Habana, Labañino Salazar repitió el mensaje en el que insisten los gobernantes que aprobaron la creación de los “nuevos actores económicos”.
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Bajo el título de “Situación económica en Cuba. Perspectivas”, el actual vicepresidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba expuso la doctrina económica del régimen cubano, según la cual –en palabras del defenestrado ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández- "en Cuba hay un único sistema empresarial socialista".
Ante un público integrado por simpatizantes del régimen, Labañino Salazar tomó la palabra el pasado 6 de octubre en Málaga (comunidad autónoma de Andalucía), para dejar claro lo que el régimen de La Habana espera de los empresarios privados que surgieron en septiembre de 2021 al calor de las fracasadas medidas encaminadas a lograr el "perfeccionamiento del modelo económico".
“Las Mipymes en Cuba son cualitativamente diferentes a las Mipymes en otras partes del mundo, porque las Mipymes en Cuba son para dar respuesta a nuestro socialismo, a nuestras condiciones”, aseveró Labañino Salazar durante su disertación celebrada en el Albergue Inturjoven de la localidad malagueña de Torremolinos.
Labañino Salazar, cuya hija (Lizbeth Labañino) cursaba estudios superiores en abril de 2023 en la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), en Huelva, no tuvo reparos en reconocer que “todas las empresas se creen en el mundo se crean para obtener utilidades”, pero no en el caso de Cuba.
“En Cuba, la concepción que nosotros defendemos es que las Mipymes son para complementar a la empresa estatal socialista, para que la empresa estatal socialista sea más eficiente, para que haya encadenamientos productivos que nos permitan avanzar”, explicó el “líder de opinión” del régimen cubano.
Su discurso forma parte de la narrativa oficial que la dictadura pretende consolidar desde el llamado “Palacio de la Revolución”, y que sale de las bocas de prominentes figuras del gobierno, sus satélites y agentes de influencia.
El coro de voces del régimen cubano contra las Mipymes
Una de ellas, Aleida Guevara March, la siempre polémica hija del Che, arremetió contra las Mipymes a mediados de mayo y pidió mayor vigilancia por parte de los Comités de Defensa de la Revolución -organizaciones de vecinos dedicadas a la delación y “vigilancia revolucionaria”, conocidos como CDR- por considerarlas un potencial peligro para la seguridad nacional.
En entrevista con el portal italiano Ilfattoquotidiano la vocera del régimen castrista afirmó que “las Mipymes entrañan riesgos para la seguridad porque pueden facilitar la entrada al país de drogas u otros bienes ilícitos, por lo que hay que intensificar los controles por parte de los CDR a lo que sucede en Cuba”.
Dos meses más tarde, Guevara March volvió a la carga y señaló que las Mipymes no estaban cumpliendo con su misión inicial de producir y criticó a los empresarios cubanos por buscar ganancias con la importación de bienes.
"Como se hicieron pequeñas empresas privadas, estas empresas tienen el privilegio que no tiene el estado, a ellos no los presiona tanto el bloqueo y por tanto pueden importar un montón de cosas. Inicialmente todas estas empresas se hicieron con el objetivo de producir, pero muchas se han convertido en importadoras, entonces importan con el precio del mercado negro y el trabajador no puede competir con eso", argumentó.
Como solución a esta “consecuencia inesperada” del mercado, que definió como un “serio problema económico”, la privilegiada hija del Che -perteneciente a la casta poderosa del régimen-, propuso que las Mipymes dejaran de importar, “si a fin de cuentas en el periodo especial todos teníamos necesidad, teníamos carencias, pero era parejo”.
La preocupación del régimen ante el auge de los empresarios privados y sus decisiones económicas se puso nuevamente de manifiesto a mediados de septiembre pasado, cuando el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel pidió agilidad en la captación de trabajadores de las Mipymes privadas para que integrasen las filas del único partido político reconocido en Cuba, el comunista.
“Tenemos que ser capaces de crear en ellas también estructuras de base, tanto del Partido como de la UJC, con crecimientos adecuados y una mayor vinculación política de esos trabajadores”, dijo el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC).
La estrategia del régimen de mantener un control centralizado sobre sectores clave de la economía quedó evidenciada a finales de agosto con la promulgación del Decreto 107, que estableció nuevas restricciones para las micro, pequeñas y medianas empresas privadas, así como a las cooperativas no agropecuarias y los trabajadores por cuenta propia, identificando un total de 125 actividades que los llamados “nuevos actores económicos” no están autorizados a ejercer.
“Siempre ratificamos que en el país hay un único sistema empresarial, que tiene el objetivo de producir bienes y servicios para satisfacer las demandas de la población y respaldar el crecimiento económico y social”, dijo Gil Fernández a finales de julio de 2023.
Según el ex ministro –que permanece en paradero desconocido tras su detención a comienzos de febrero de este año-, en Cuba es la empresa estatal la que debe “generar la mayor dinámica de crecimiento de la economía”.
“Es un único sistema empresarial con diversas formas de gestión y diversas formas de propiedad, pero con un mismo objetivo: un solo sistema socialista”, sostenía Gil Fernández medio año antes de su destitución, rubricada por el tutor de su tesis doctoral, el gobernante Díaz-Canel, quien aseguraba que “no habrá tolerancia con la falta de ética” tras ordenar investigar a su tutorizado por corrupción.
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