Nelson Morales, hermano de uno de los cuatro cubanos asesinados por el régimen en el derribo de las dos avionetas de Hermanos al Rescate en 1996, pide una investigación sobre la entrada a Estados Unidos del teniente coronel retirado Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, antiguo piloto militar vinculado con el crimen, quien acaba de recibir un parole humanitario.
"Creo que deberían encausarlo y que sea en el juicio el gran jurado el que determine si lo ponen preso o si lo fusilan, porque si por mí fuera yo lo fusilara", expresó a América TeVe.
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Nelson relató cómo se enteró del hecho y cómo tuvo que huir él también de las posibles represalias de la dictadura.
En aquel entonces era miembro de la Marina mercante de Cuba y estaba en Puerto Colón, Panamá. Cuando conoció del derribo de las avionetas no imaginó que una de las víctimas era su hermano. Se enteró después, cuando casualmente estaba en la telegrafía del buque y oyó que el gobierno buscaba al hermano de uno de los "terroristas".
Inmediatamente decidió huir, dejó el barco y se entregó a las autoridades panameñas.
Veintiocho años después, en Miami, el anciano tiene esperanzas de que se haga justicia con los cuatro jóvenes asesinados en aguas internacionales, luego de que abogados y líderes políticos de Florida anunciaran que las leyes del Estado permiten iniciar un proceso legal contra Raúl Castro por el crimen.
En febrero de 1996, pocos días antes del asesinato de Pablo, Nelson habló con él por teléfono y le expresó su preocupación porque el régimen había anunciado que derribaría las avionetas si entraban a territorio cubano, pero él lo tranquilizó diciéndole que ese día no volaría.
El joven, quien tenía solo 29 años al morir, no era piloto, trabajaba en un supermercado y los fines de semana ayudaba como voluntario en la búsqueda y rescate de balseros en el mar.
Había llegado a Estados Unidos en la crisis de los balseros de 1994 y una vez en Miami se unió a Hermanos al Rescate en agradecimiento, porque fueron los miembros de la organización quienes le salvaron la vida cuando estaba a punto de ahogarse. Su hermano Nelson fue quien le compró la gasolina para la travesía.
Pablo era el único de los cuatro asesinados que no tenía aún la ciudadanía, solo la residencia en Estados Unidos.
Recientemente trascendió que el piloto militar del régimen Luis Raúl González-Pardo Rodríguez, supuestamente implicado en el derribo de las dos avionetas de Hermanos al Rescate, está residiendo en Estados Unidos desde abril bajo el programa del parole humanitario.
Los líderes del exilio cubano en Miami han reforzado sus esfuerzos para que le se investigue, y solicitan a las autoridades locales y estatales que revisen las pruebas recopiladas y consideren abrir un caso formal contra él.
Marcell Felipe, presidente del Museo Americano de la Diáspora Cubana, afirmó que este es el momento adecuado para actuar.
"Con el gobierno federal dispuesto a intervenir, es el momento de llevar este tema adelante y seguir la ley", dijo.
La comunidad cubana manifestó su indignación y sorpresa tras conocerse que González-Pardo Rodríguez estaba en el país, debido a su papel en la operación que resultó en la muerte de tres cubanoamericanos y un cubano residente.
El exmilitar, quien fuera miembro de la Defensa Antiaérea y Fuerza Aérea Revolucionaria de Cuba (DAAFAR), estuvo relacionado con la misión que interceptó las avionetas civiles en aguas internacionales, según determinó una investigación de la Organización de Aviación Civil Internacional.
También Orestes Lorenzo Pérez, un piloto que huyó de Cuba en 1991, confirmó que su antiguo compañero participó en la persecución aérea que llevó al derribo de las aeronaves, aunque este le aseguró que no había disparado contra ellas.
"Es absolutamente cierto que él participó en el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate. No hay duda alguna. Él era el piloto con el indicativo 22 y fue quien persiguió a José Basulto [el fundador de Hermanos al Rescate]", dijo en entrevista con Juan Manuel Cao.
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