El gobierno cubano se lavó las manos con un problema que preocupa seriamente a la opinión pública y que pone en cuestión los principios de equidad que dice respetar la llamada “revolución”: la duración y frecuencia de los apagones por provincia.
Instalado como uno de los principales tópicos en la conversación sobre la crisis energética en el país, los comentarios sobre la injusta distribución de apagones en Cuba y los supuestos privilegios de los habaneros abundan en las redes sociales, especialmente en las de la Unión Eléctrica (UNE).
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Sin embargo, el ministro de Energía y Minas, Vicente de La O Levy, se refirió a este estado de opinión generalizado en la Mesa Redonda del miércoles, afirmando que la distribución de los apagones no se realiza desde las oficinas centrales de la UNE, sino que "se determinan en cada territorio".
En una confusa explicación sobre cómo se calculan las “afectaciones” a nivel nacional a partir del déficit en la capacidad de generación y la demanda prevista, De la O Levy afirmó que la distribución por provincias se realiza a partir de los circuitos que son apagables y los que no, dependiendo de las prioridades y particularidades locales.
Incidencias de los apagones en el bombeo del agua (en un momento crítico con el abastecimiento de la misma a nivel nacional), concentraciones poblacionales y niveles de consumo, reparticiones porcentuales a partir de la demanda, entre “otros factores” son los que determinan que los responsables provinciales establezcan las horas de apagón en cada territorio.
A finales de julio de 2022, en medio de otro pico de agravamiento de la crisis energética en Cuba, el gobierno de La Habana anunció que programaría apagones de cuatro horas para la capital cubana en "solidaridad" con el resto del país, cuya población padecía cortes de energía de hasta 12 horas diarias.
"En un gesto de solidaridad con el país, La Habana programará cortes eléctricos de cuatro horas, en el horario diurno (de 10 de la mañana a dos de la tarde), en circuitos de la ciudad, con una frecuencia de cada tres días", informó el gobernador de la ciudad, Reinaldo García Zapata, en una plenaria económica en la capital cubana.
La alusión a la "solidaridad de La Habana" con el resto del país fue luego retirada del titular y las referencias del reporte en los medios oficiales. El periódico Tribuna de La Habana retituló el artículo como "Actuar con mayor responsabilidad para contribuir a los esfuerzos del país".
A tono con el enfoque "solidario", el entonces primer secretario del Partido Comunista en la capital cubana, Luis Antonio Torres Iríbar, agregó que "este es el momento de contribuir para que el resto de Cuba tenga menos sufrimiento por los indeseables apagones".
El funcionario intentó minimizar la precaria situación energética y terminó enfatizando los privilegios de la capital cubana sobre el resto de las provincias, en medio de continuas quejas de la población del resto de la isla por la desigual distribución de los apagones.
"No es que a La Habana le van a tocar apagones porque el país no puede, no, es que La Habana se está planteando que se den esos apagones para ayudar al resto del país, siendo justos, solidarios con nuestros hermanos, hermanas, familias, nuestro pueblo", afirmó.
Por aquellas fechas (desde mayo hasta julio de 2022), la población de las provincias cubanas a excepción de La Habana padecía apagones de hasta 12 horas cada día , agravando el descontento popular y generando protestas ciudadanas en las últimas semanas.
La decisión desató una ola de ironías, críticas y burlas en las redes sociales. El humorista Ulises Toirac resumió el anuncio con lo que llamó máxima del cubano: "Yo no quiero mejorar, quiero que el otro se joda, como yo".
El usuario de redes sociales identificado como Un poeta ahí, concluyó que la solución no es ver a quién joden más, sino cómo sacar del poder a quienes llevan décadas jodiéndonos, seguido del hashtag: ¡Abajo la dictadura!
A finales de agosto de este año, los "apagones solidarios" volvieron a La Habana. En Facebook, la Empresa Eléctrica de La Habana informó que se afectaría el servicio en la capital por emergencia, debido al déficit de generación en el Sistema Eléctrico Nacional.
La medida generó una fuerte polémica en las redes sociales. Mientras La Habana se preparaba para enfrentar cortes de luz de dos horas, muchos ciudadanos de las provincias expresaron su indignación, señalando que estas interrupciones no eran comparables con las largas horas de apagón que ellos sufrían diariamente, y desde hacía varios años.
El detonante de la controversia fue una publicación en Facebook del usuario Pedro de Jesús López Acosta. Tras expresar su descontento, el cubano criticó lo que consideró un trato desigual entre La Habana y el resto de las provincias.
Según López Acosta, mientras en la capital los apagones se justificaban por "emergencias", en las provincias se realizaban de manera constante y prolongada debido al déficit de generación eléctrica. En su criterio, esta situación era una evidencia de la "desvergüenza" y falta de "empatía" de las autoridades.
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