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El suicidio del renombrado urbanizador cubanoamericano Sergio Pino ha desatado una compleja batalla legal entre su viuda, Tatiana Pino, y su hermano, Carlos Pino, por una herencia en juego que ronda los 153 millones de dólares.
Una audiencia celebrada este viernes en un tribunal de Miami intentó destrabar el camino hacia un posible acuerdo de las partes.
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Pino había designado meses antes de morir a su hermano Carlos como representante personal de su herencia, decisión que ha sido impugnada por la viuda del empresario del sector inmobiliario, quien ha solicitado a la corte que se le impida a Carlos tomar control de los bienes de su difunto hermano, según reseñó Telemundo 51.
En su testamento, Sergio Pino manifestó su voluntad de que su hermano Carlos gestionara sus bienes, dándole incluso la facultad de vender propiedades y crear un fideicomiso en beneficio de sus cuatro hijas, dos de su matrimonio con Tatiana y dos de una relación anterior.
Tatiana no fue incluida como beneficiaria de la herencia, lo que ha sido un punto central en la disputa desde su muerte.
Otro foco de tensión es Homebuilders Group, la empresa que Sergio Pino fundó y que convirtió en una de las más exitosas del sector.
Los abogados de Tatiana Pino argumentan que, tras la muerte de su esposo, ella se convirtió en la única propietaria de la compañía.
Sin embargo, los representantes legales de Carlos Pino sostienen que la participación de Tatiana en la empresa perjudicaría tanto su valor como sus operaciones.
De momento, una jueza ha decidido bloquear temporalmente cualquier intento de Carlos Pino de tomar el control de los asuntos empresariales de su hermano, mientras se investiga la posibilidad de transferencias fraudulentas de millones de dólares.
Irregularidades que los abogados de Tatiana han insinuado que cuentan con la participación directa de Carlos, una acusación que él ha negado rotundamente.
Tatiana Pino ha solicitado también que se anule el testamento, bajo el argumento de que fue redactado bajo circunstancias cuestionables.
Durante la audiencia se mencionó que Sergio Pino podría haber estado sufriendo de una "condición mental enfermiza", un "delirio demente" que lo llevó a tomar decisiones irracionales en sus últimos meses de vida, incluyendo la contratación de sicarios para matar a su esposa y su posterior suicidio.
Finalmente la jueza a cargo del caso tomó la decisión de que las partes implicadas nombres de mutuo acuerdo antes del 16 de agosto un curador o representante legal neutral que facilitará que ambas partes puedan reunirse y ver si llegan a un acuerdo.
Ese representante tendrá la difícil tarea de mediar entre ambas partes en un intento de llegar a un acuerdo, evitando así una prolongada y costosa batalla legal.
A la salida de la audiencia, ni Tatiana Pino -que acudió junto a sus dos hijas- ni Carlos Pino hicieron declaraciones a la prensa
Presunto complot del empresario cubano Sergio Pino para asesinar a su esposa
El pasado 17 de julio el Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la fiscalía general de Florida dieron a conocer los pormenores del presunto complot que orquestó Sergio Pino para asesinar a su esposa en medio de un turbulento proceso de divorcio que ella había solicitado desde abril de 2022.
El Fiscal Federal Markenzy Lapointe dio a conocer en conferencia de prensa los pormenores de la investigación, que tuvieron como colofón el suicidio de Sergio Pino en la mañana del 16 de julio en su mansión frente al mar, en Coral Gables, cuando el FBI intentaba hacer un registro en la vivienda y entregarle una orden judicial en relación con las acusaciones sobre intento de asesinato a su esposa.
Lapointe reveló que el plan se desplegó a lo largo de más de dos años y dijo que Pino buscaba eliminar a su esposa antes de que el divorcio se hiciera definitivo, con el fin de conservar la totalidad de su fortuna.
Según Lapointe, Pino contrató a dos equipos distintos para ejecutar el asesinato de su esposa. Un grupo de nueve personas en total han sido arrestadas en relación con el caso y cuatro de ellas ya han sido acusadas formalmente.
En el segundo grupo, al cual se había transferido dinero por su trabajo, se encuentra Fausto Villar, un delincuente convicto quien trabajó como techador para Pino y quien ya ha sido acusado. Otro implicado es Bayron Bennent, ayudante en un yate propiedad de Pino, a quien señalan como supuesto responsable de obtener fentanilo que Pino habría usado para intentar envenenar a su esposa.
Los informes indican que uno de los equipos recibió instrucciones de llevar a cabo el asesinato antes de la próxima audiencia de divorcio, con la promesa de un bono de 150 mil dólares si lograban evitar que el crimen se conectara con el empresario inmobiliario.
Los varios métodos fallidos empleados por los conspiradores incluyeron un intento de envenenamiento con fentanilo, varias formas de acoso, y un intento frustrado de atropello con una camioneta alquilada.
La investigación, que involucró al FBI y a la policía local, descubrió que Pino había pactado pagar la suma exorbitante de 300,000 dólares -entregada en dos partes- por el asesinato de su esposa. Las autoridades dijeron que se encontró evidencia de que parte del dinero fue transferido, aunque no revelaron detalles sobre los remitentes o los destinatarios.
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