Un cubano se desmayó mientras hacía una cola en "El Framboyán", un local ubicado en la calle 56 del municipio Jagüey Grande en Matanzas.
El hombre estaba en la larga fila de personas para comprar picadillo, comenzó a sentirse mal y se desplomó en el suelo. Algunos vecinos aseguran que el desmayo puede estar relacionado con estar muchas horas sin comer.
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"Yo estaba cerca cuando sucedió todo. Lo que me impresionó fue lo rápido que llegó la ambulancia porque aquí para todo el pretexto es que no hay combustible. Ojalá se recupere pronto ese señor", dijo una testigo que estaba en la cola.
El grupo de Facebook Yo amo Jagüey compartió un video donde se puede ver el momento en que llega la ambulancia y se lleva al hombre rumbo al hospital.
La sorpresa de los cubanos, más que por la situación del desmayo, ha sido por ver una ambulancia en el pueblo, haciendo el trabajo de modo efectivo, algo que es muy poco común en el país.
"Con el hambre que se está pasando en Cuba, las ambulancias tendrán que andar como guaguas locales recogiendo a las personas porque dentro de poco estarán desmayadas en cualquier parte", dijo un usuario.
La escasez de alimentos en Cuba es aguda y cuando hay productos a la venta es a un altísimo precio por la inflación tan grande que hay en el país.
"¿Quién no sufre un desmayo en las colas con esta alimentación? ¿Quién no se desmaya sin desayunar un vasito de leche y un pedazo de pan? ¿Quién no se desmaya cuando por la noche tu cerebro no descansa por el apagón?", se preguntó otra persona.
Los desmayos en Cuba por la falta de alimentos se están reportando desde hace meses. En el verano pasado un anciano se desplomó en plena calle Aguilera, en la ciudad de Holguín, frente a una parada de autobús, por estar largas horas sin comer. Finalmente el hombre falleció tras la caída.
En la década de 1990, durante el Período Especial, también fueron muy frecuentes los desmayos de cubanos en las calles por la falta de comida.
Las erradas políticas del gobierno de Miguel Díaz-Canel han llevado a miles de cubanos a la pobreza extrema en poco tiempo.
El régimen ya no es capaz de garantizar, ni siquiera, el pan normado en las libretas de abastecimiento. Las personas están desesperadas con la crítica situación que se vive día a día. Mientras, el discurso del poder insiste en que la única opción es: "Resistir".
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