Un iPhone que cayó el viernes 5 de enero desde 5 mil metros de altura del avión de Alaska Airlines cuya puerta de emergencia se desprendió poco después de despegar, fue encontrado el domingo al costado de una carretera cerca de Portland, en Oregón. Y todavía hay más: funcionaba.
Sean Bates informó el 7 de enero en Twitter que había encontrado un iPhone al lado de la carretera.
Lo más leído hoy:
"Aún estaba bastante limpio, sin rasguños, debajo de un arbusto", explicó Bates, quien indicó que como no tenía bloqueo de pantalla, lo abrió.
El dispositivo estaba en modo avión, a mitad de batería y abierto en una reclamación de equipaje del vuelo ASA1282 de Alaska Airlines, el mismo implicado en el incidente del viernes.
En respuesta a quienes han cuestionado la veracidad del hallazgo, Bates añadió una fotografía en la que se pudo apreciar que cuando encontró el teléfono tenía enganchada una parte del enchufe del cargador, roto seguramente por la velocidad a que salió disparado el dispositivo de la aeronave.
Entre los comentarios a su publicación, un internauta rescató una de las fotos que se han publicado en redes sociales desde el interior del avión, y señaló el cable de carga de un dispositivo de un pasajero sentado cerca de la zona siniestrada, que tal vez podría ser la otra parte del cable del iPhone encontrado.
"Gracias por su ayuda. Me gustaría mucho conocerle", escribió el lunes en Twitter Jennifer Homendy, directora de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB), que investiga el incidente aéreo.
La NTSB confirmó que se han encontrado dos teléfonos, aunque solo uno funcionaba. Los dos dispositivos están siendo revisados y que serán devueltos a sus dueños.
Además de los dos teléfonos y de la puerta de emergencia en sí (que fue encontrada en el patio de una casa), también fueron succionados un panel del fuselaje, un reposacabezas, un respaldo de asiento e incluso una bandeja.
En la noche del pasado viernes un avión de la compañía Alaska Airlines que viajaba de Portland a Ontario perdió una de las puertas de emergencia minutos después del despegue.
El accidente obligó a llevar a cabo un aterrizaje de emergencia y sembró el pánico entre los pasajeros.
Afortunadamente, ninguno de los 174 pasajeros y seis tripulantes que viajaban a bordo del avión resultaron heridos, pero algunos de sus objetos personales sí fueron succionados a través del gran agujero que dejó el desprendimiento de la puerta.
Tras el accidente, los Boeing 737 Max 9 han sido puestos en tierra por la FAA hasta que la agencia esté "convencida de que son seguros".
Alaska Airlines y United Airlines son las dos únicas compañías en Estados Unidos que utilizan ese tipo de aeronave.
Archivado en: