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Un dique flotante de fabricación china comenzó a operar el martes en la bahía de La Habana, donde proveerá servicios de reparación de buques a toda la región.
El Floting Dock 2, de 22,000 toneladas de capacidad de levantamiento, será el de mayor porte en la zona del Caribe.
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Miguel Pineda López, director general del Grupo Empresarial de Transporte Marítimo-Portuario (Gemar), explicó a Granma que ya empezarán las contrataciones tanto de buques nacionales como extranjeros, según las disponibilidades de recursos.
Pineda López detalló que el dique potenciará el desarrollo de las exportaciones en las reparaciones navales, aprovechando el reconocimiento del astillero de Casablanca (CDC S.A.) en el mercado internacional.
La instalación debe garantizar la reparación de la flota nacional y desarrollar el encadenamiento con otras producciones de bienes y servicios de la economía.
Según el directivo, en el área del Caribe prácticamente no existen otras capacidades de reparación similares a las de este dique flotante.
Su puesta en marcha -explicó- permitirá aumentar la capacidad de trabajo del astillero de Casablanca, pues con el dique a plena capacidad, se establecerá un sistema de trabajo que lo sitúa en una posición competitiva en Centroamérica, el Caribe e incluso en el mercado europeo.
Johannes Milián, gerente general de CDC S.A., precisó que a partir de ahora el astillero posee su principal capacidad de varada, y comenzarán las reparaciones de los buques hasta el tipo Panamax, en respuesta a la alta demanda de las navieras.
El gobierno confía en que este proyecto se convierta en una fuente de ingreso de divisas, que redunde en la recuperación de su deprimida flota y del sistema de transporte en general.
Ninguno de los dirigentes se refirió a si la llegada de este dique chino a Cuba traerá algún beneficio a la pobre y deteriorada flota pesquera estatal.
La semana pasada, el ministro de la Industria Alimentaria, Manuel Sobrino Martínez, achacó la falta de pescado en el país a que hay más de 60 barcos parados.
"Tenemos más de 60 barcos parados en el país. Un motor de un barco oscila entre los 25,000 y los 40,000 dólares, los suministradores habituales de esa tecnología no nos quieren vender o quieren que se les entregue el dinero por adelantado", detalló.
En 2019, llegó a La Habana un dique para reparaciones navales a bordo de un buque supercarguero sumergible, el segundo más grande del mundo.
Con 240 metros de largo y 48 de manga total, el dique flotante tenía capacidad para admitir embarcaciones de hasta 65,000 toneladas de desplazamiento tipo Panamax.
La estructura, también fabricada en China, poseía un novedoso sistema de tecnología de punta con monitores táctiles que permitía controlar los procesos de mantenimiento de las naves.
El costo de la inversión ascendió entonces a 34 millones de dólares. El 85% de esa cifra (29,138,000) dólares, era de un crédito preferencial de China concedido a Cuba pagadero en 15 años.
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