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De los 156 centrales azucareros que molían caña en Cuba en 1959, solo 25 entrarán en actividad durante la próxima zafra.
La mayoría de estos centrales se encuentra actualmente en la etapa de reparaciones, según fuentes del Grupo Empresarial Azucarero Azcuba, citadas por Cubadebate.
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Un año más, el volumen de actividad refleja el declive de la industria azucarera en Cuba, que ha traído como consecuencia una crisis sin precedentes en el país que ha obligado desde hace años a la importación de azúcar para cumplir con la canasta básica normada y el consumo interno, y a la reciente reducción de una libra de la canasta familiar normada.
La molienda de la próxima campaña dará inicio en diciembre, fecha en la que se espera estén listos los 25 centrales azucareros, con posibilidad de entrada de uno más en fechas más avanzadas, según Dionis Pérez, director de Informática, Comunicaciones y Análisis de Azcuba.
En la actualidad, siete centrales permanecen activos produciendo meladura con vistas a la fabricación de aguardientes. Para ello, utilizan caña de azúcar vieja o quedada, no conveniente para extraer sacarosa debido a las condiciones complejas en que se encuentra la materia prima.
La empresa estatal Azcuba espera producir más de 3 millones 300 mil cajas de aguardientes a partir de meladura antes de que acabe el año.
Este año, a diferencia del anterior, el directivo no justificó la debacle en el sector con el embargo de Estados Unidos. En junio de 2022, Pérez afirmó que las medidas restrictivas de EE.UU. eran las responsables de la poca disponibilidad de recursos financieros e insumos, como petróleo, fertilizantes y plaguicidas, para las actividades en esa agroindustria.
“Una vez fuimos el país que exportaba más azúcar”, dijo Pérez al canal catarí Al Jazeera en mayo de este año, previo a finalizar la peor campaña de la historia de la industria azucarera cubana, en la que solo molieron 23 centrales, 13 menos que la campaña anterior, cuando el magro rendimiento provocó escasez de azúcar en todo el país y el encarecimiento del azúcar en el mercado informal.
El plan de la campaña de 2022 preveía una producción de 911 mil toneladas de azúcar, pero la cosecha real fue de 431 mil, muy por debajo de las cifras propuestas. En junio de ese año, Azcuba reconoció que no podía cumplir sus compromisos de exportación de azúcar, lo que afectó fundamentalmente a su acuerdo con China (400,000 toneladas).
A pesar del estrepitoso fracaso de esa campaña, las autoridades cubanas se empeñaron en decir que con 474,000 toneladas estaba cubierta la cuota de azúcar crudo correspondiente a la canasta familiar normada, en abierta contradicción con los datos de los expertos que consideran que Cuba consume entre 600,000 y 700,000 toneladas de azúcar anualmente.
En julio del año pasado, el economista cubano Pedro Monreal hizo un análisis del comportamiento del precio del azúcar en el mercado internacional para demostrar que Cuba perdió alrededor de $430 millones de dólares por cada millón de toneladas que dejó de exportar.
“Veinte años después de la reestructuración de la industria azucarera, la debacle productiva en que terminó aquello ha impedido aprovechar los altos precios actuales”, escribió el destacado economista en X.
Las perspectivas de la próxima contienda contradicen las valoraciones expresadas en septiembre de 2022 por el viceprimer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca, quien auguraba que la zafra de ese año marcaba "el inicio de la recuperación cañera en el país".
La reducción de la capacidad industrial en la isla es resultado del plan concebido y ordenado por el dictador Fidel Castro en 2002, la famosa tarea Álvaro Reynoso, con el que se desmantelaron 120 de los 165 centrales azucareros que estaban en funcionamiento por entonces.
A comienzos de octubre, en una comparecencia en la Mesa Redonda de la Televisión Cubana, la ministra de Comercio Interior (MINCIN), Betsy Díaz Velázquez informó que de las cuatro libras de azúcar que reciben los cubanos por la canasta básica; en septiembre, octubre y noviembre solo recibirán tres.
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