Un grupo de migrantes cubanos presos en Rusia estarían siendo chantajeados por las autoridades rusas que les ofrecen la ciudadanía de ese país a cambio de sumarse a la invasión a Ucrania.
Así lo reveló el testimonio del joven Alberli Arias, un cubano detenido en la ciudad rusa de Volgogrado, quien conversó por videollamada con el periodista cubano Rolando Nápoles, de América TeVé.
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“Dicen mucho, lo recalcan mucho, que el que quiera ir para la guerra que dé el paso adelante, un paso mejor, según ellos”, dijo Arias al periodista, comentando la insistencia de las autoridades carcelarias rusas en la opción de ser reclutados para la guerra y resolver así su estatus migratorio.
Arias forma parte de un grupo de 18 cubanos que estarían detenidos por Inmigración en la ciudad rusa de Volgogrado, antigua Stalingrado. Según aseguró, las autoridades les estarían chantajeando con la opción de enrolarse en el Ejército ruso o ser deportados a Cuba.
“Hay muchos compañeros que podrían hacer esto, pero les da miedo que el Estado cubano les haga algo, o que el Estado ruso les haga algo”, indicó Arias en su llamada. “Es como una tortura psicológica. Nos tienen aquí presos aquí hasta que ya, por desesperación, nos decantemos por esa opción”.
A cambio de su participación en la guerra, las autoridades rusas les estarían ofreciendo un salario y la ciudadanía rusa, beneficios similares a los revelados por otros cubanos que ya han sido reclutados como mercenarios por Rusia.
Acorde a su testimonio, las autoridades del centro de detención -donde se encuentra junto a otros 17 cubanos- estarían poniendo trabas a la opción de ser retornados en un vuelo de deportación a Cuba. De esa forma, afirmó Arias, estarían presionando para ver si ellos ceden y se alistan en el ejército.
“Quiero que le den solución a esto, porque realmente yo no he matado a nadie ni he cometido ningún delito… No sé, que me ayuden, que me saquen de aquí”, dijo el joven al final de su videollamada, visiblemente preocupado por lo que pueda sucederle.
Un artículo publicado recientemente en el medio digital The Intercept reveló que el mayor del Ejército ruso, Anton Valentinovich Perevozchikov tenía en su poder 122 pasaportes escaneados de cubanos reclutados en el cuartel general de las Fuerzas Armadas rusas en la ciudad de Tula.
"No reclutamos a nadie. Pero las personas pueden autoorganizarse, trabajar en salas de chat. Todas las embajadas de Ucrania en todos los países reclutan mercenarios en el Ejército ucraniano. No tenemos eso", dijo el primer vicepresidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma Estatal (Cámara Baja de la Asamblea Federal de Rusia, o Parlamento), Alexey Chepa.
Tras las primeras revelaciones que confirmaron la presencia de mercenarios cubanos contratados por el Ejército ruso, La Habana permaneció en silencio hasta el lunes pasado, cuando mediante un comunicado el régimen aseguró estar trabajando en desmantelar una red de tráfico de personas dedicada a trasladar a ciudadanos cubanos al conflicto, así como a reclutar a otros que ya residían en Rusia.
Apenas transcurridas 72 horas de las primeras declaraciones de la Cancillería cubana sobre este tema, autoridades del Ministerio del Interior anunciaron la detención de al menos 17 personas en relación con una red de trata de personas que opera en Rusia y Cuba.
Recientemente, un oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) que afirmó encontrarse en Rusia también contradijo las declaraciones del régimen cubano acerca de una “red de tráfico de personas”, y aseguró que los 90 cubanos bajo su mando salieron de la isla con pleno conocimiento de las autoridades.
“Ninguno de nosotros salió ilegal del país”, aseveró el subteniente de las FAR Lázaro González, y ratificó que tanto él como los cubanos bajo su mando no fueron reclutados en Cuba por una trama ilegal, sino mediante la firma de un contrato con el ejército ruso.
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