Aldo es un cubano que se gana la vida vendiendo tamales en Miami, en las inmediaciones del supermercado Walmart dela 87 SW y Coral Way
"Los mejores tamales que ojos humanos han visto", aseguró el hombre al humorista cubano Ramón Mustelier.
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Aquellos que se acercaron a probar el producto, elaborado al más tradicional estilo cubano, quedaron maravillados con la combinación de sabores.
"Espectacular", dijo una mujer mientras saboreaba un trozo de tamal, que se acompañaba de un pedazo de aguacate.
Aunque Aldo no especificó cómo elabora los tamales, es imposible evitar que la boca se haga agua al ver las texturas y colores de un alimento que siempre ha sido preferido por muchos cubanos.
Por supuesto, que este no es el único cubano que vende tamales en el sur de Florida. Allí son famosos varios negocios que se dedican a comercializar este tipo de alimento, además que otros emprendedores intentan con ello reunir dinero para otras causas.
Hace pocas semanas se hizo viral un video del chef Ramoncito, que ayudó a un señor de Miami a vender tamales, con el objetivo de reunir el dinero que su hija necesita para cubrir los gastos de un tratamiento contra el cáncer.
En un negocio improvisado no solo se vendió tamales, sino otros productos que a los cubanos les encanta y recuerdan a su país de origen. Así, todos salieron ganando.
El tamal cubano es una variante del plato tradicional que existe en otros países de América Latina. Aunque comparte algunos elementos comunes, tiene sus propias características distintivas.
Se prepara con masa de maíz, al igual que otros, pero suele tener una textura más suave y delicada. La masa se mezcla con caldo de carne y grasa de cerdo para darle sabor y jugosidad. Además, se le pueden agregar ingredientes como carne de cerdo, pollo, camarones, pasas, aceitunas, pimientos y otros condimentos y especias para realzar su sabor.
Una vez que se ha preparado la masa con los ingredientes deseados, se envuelve en hojas de plátano o hojas de maíz, creando una especie de paquete rectangular que se ata con tiras de las mismas hojas. Estos se cocinan al vapor hasta que hayan adquirido los sabores de los ingredientes.
Se sirve comúnmente acompañado de arroz congrí, aunque también se puede disfrutar solo o con una salsa criolla picante llamada "mojo".
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