Boteros cubanos residentes en La Habana se declararon en huelga a partir de este viernes, cuando entró en vigor la decisión de topar los precios del transporte privado, que experimentó un aumento considerable, en medio de un déficit de combustible que lleva meses.
Hace unos días, estos trabajadores privados alertaron de su intención de no trabajar, en protesta por la imposición de precios que resultan poco rentables y que no se corresponden con la situación del país.
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"Me sumo al paro, no estoy de acuerdo con los nuevos precios impuestos por el país para nosotros los transportistas privados", escribió en Facebook el usuario Luis Fernando Felipe Alfonso.
Su mensaje tuvo buena acogida entre otros choferes, que al igual que él, sufren las consecuencias de topar precios como medida populista que se convierte posteriormente en un problema.
"Vamos a parar, vamos a unirnos todos, vamos a demostrar que todavía nos queda sangre en el cuerpo y ya estamos cansados de qe nos machuquen", sugirió una persona.
"Propongo que ningún transporte privado esté en función en La Habana, dándonos a entender que no estamos de acuerdo con lo que están haciendo, a ver si es verdad que ellos tienen los suficientes carros para mover y transportar a todo un pueblo", dijo otro internauta.
"Ese precio que quieren ellos no da negocio, porque la mayoría de nosotros pagamos el carro diario bien caro, más el petróleo; no da la cuenta, todas las piezas están súper caras; me sumo al paro del transporte", aseguró otro.
En otra publicación, el botero Emilio Riiz sugirió que trabajen solo con "carreras directas", término que se refiere a la contratación de un viaje con destino fijo y no en el habitual recorrido por las rutas preestablecidas.
"Nos viene una tormenta, quieren hacerse los buenos a costillas de nosotros, no nos arriesguemos", acotó.
A este mensaje, respondió un cubano: "Cero trabajo hasta el 19. nadie nos manda".
Usuarios en redes sociales han notificado que los puntos de recogida de pasajeros más habituales de La Habana, como el parque El Curita, están vacíos y los pocos carros que pasan no recogen a los pasajeros.
Asimismo, hay un despliegue de inspectores estatales que están facultados para multar a aquellos choferes que no cumplan con los precios establecidos por el gobierno de la capital.
No es la primera vez que los transportistas privados de La Habana llevan a cabo protestas pacíficas de este tipo, contra los precios impuestos por las autoridades cubanas.
En 2017 fue necesario un despliegue de policías ante la amenaza de una huelga de transportistas, que se negaron a trabajar bajo las condiciones establecidas por el gobierno local.
Un año más tarde volvió a tensarse la situación por el mismo motivo, lo cual trajo como situación inestabilidad en el servicio de transporte de pasajeros y quejas de la población.
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