Sumisión de España al tardocastrismo

Un informe de la Embajada de España en Cuba, confirma la tolerancia cómplice del gobierno de coalición entre socialistas, comunistas, nacionalistas e independentistas con la dictadura más antigua de Occidente.

Pedro Sánchez (drcha) y Miguel Díaz-Canel, en La Habana © Pool de agencias
Pedro Sánchez (drcha) y Miguel Díaz-Canel, en La Habana Foto © Pool de agencias

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Este artículo es de hace 2 años

Con Cuba todo, menos romper, dijo el dictador Francisco Franco Bahamonde en 1960; a raíz de la bronca entre el embajador Juan Pablo Lojendio y Fidel Castro Ruz en un estudio de televisión en La Habana y, desde entonces, esa es la seña de identidad de la política exterior española con la siempre fiel isla, salvo el paréntesis de José María Aznar y la Posición Común europea, abolida en cuanto pudieron los mansos y decadentes del Viejo Continente; incluidos sucesores del ex presidente del Partido Popular.

La fantasía española, europea, estadounidense y gusañeros -creídos que alimentando a la bestia totalitaria con inversiones, promoverán la transición democrática en Cuba- soslaya la acreditada experiencia castrista en la técnica del tumbe, como hizo Fidel Castro con la sacarocracia racista, antibatistiana y suicida, Carlos Prío Socarrás, los terroristas de las organizaciones Macheteros, de Puerto Rico y el sector radical de la OLP; y que ahora practica el continuismo resistente y creativo esquilmando a emigrados con familias rehenes en la isla y otros bobos solemnes con el pelo teñido y novias y novios veinteañeros.


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La politica estadounidense y europea hacia la sexagenaria dictadura influye decisivamente en los posicionamiento de los partidos, grupos de la oposición, asociaciones y medios de prensa cubanos, que reciben financiamiento de instituciones estatales de ambos lados del Atlántico; donde CiberCuba es excepción por independencia y eficacia de sus gestores, como bien saben La Habana y gusañeros; prestos siempre a rasgarse las vestiduras, cual virgenes vestales horrorizadas ante tanta polarización política. ¡Caraeguantes!

Cuando Bruno Rodríguez acusa a Madrid de miamizarse, ningún subsecretario de Exteriores le recuerda que es un jinetero mantenido por la emigración cubana; cuando La Habana ataca a Esperanza Aguirre, ningún político español tiene la gallardía de recordarle que la entonces presidenta madrileña autorizó el permiso extraordinario para que el eminente doctor José Luis García Sabrido, empleado de la Comunidad de Madrid, viajara a Cuba a atender al enfermo Fidel Castro.

En enero, que está a la vuelta de la esquina, el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales abrirá juicio contra el gobierno cubano, demandado por acreedores, tras bloquear los intentos descarriladores de La Habana, temerosa de ese proceso judicial, como si fuera una motorina conectada a un tomacorrientes doméstico.

La 38 edición de la Feria Internacional de La Habana (FIHAV 2022), inaugurada este martes, es la trampa anual del tardocastrismo para cazar esa mezcla de incautos, oportunistas y robagallinas que aparecieron en Cuba, durante la crisis económica de los años 90, muchos haciendo verdaderas fortunas a costa del hambre y la miseria de la mayoría de los cubanos y adoptando modos y modas de la nomenklatura comunista, que les hace creer que son uno de los nuestros.

Salvo Meliá e Iberostar, que controlan más del 70% de las camas turísticas de Cuba; tras la aventura del adelantado del siglo XX, el canario Enrique Martinón; el resto de las empresas españolas con presencia en Cuba saben que para resistir tienen que bailarle el agua a la dictadura más antigua de Occidente, con tal de llegar al cambio que nunca llega y venderle su cartera de comercio a un norteamericano o emigrado cubano con posibles.

Moncloa y el PSOE están informados, gracias a la labor del CNI en La Habana, pero sus diplomáticos, otros europeos y norteamericanos, cuando conversan con opositores cubanos, les dicen es "muy difícil" hablar de derechos humanos con el gobierno cubano; aun en medio de la feroz avalancha migratoria contra Estados Unidos, que suma y sigue, con 230 mil huidos en un año y los más de mil presos políticos en las mazmorras tardocastristas, pese a que nunca emplean la violencia en sus justas reivindicaciones.

Públicamente, España hace continuas carantoñas a la casta verde oliva y enguayaberada, imbuida por el infantil complejo antiyanqui de muchos españoles maduros y viejos, y sigue al dictado las órdenes de Washington en temas cruciales como la invasión rusa a Ucrania; Medio Oriente, África y Magreb; pero un sabroso informe de la Embajada de España en Cuba, servido por el estatal Instituto de Comercio Exterior (ICEX) con motivo de la celebración de FIHAV 2022, confirma la atracción fatal de socialistas y comunistas españoles por los filibusteros tardocastristas.

El siguiente párrafo parece escrito por Rogelio Polanco, en vez de un diplomático español:

"Durante 2020 y 2021, la pandemia y el recrudecimiento del bloqueo norteamericano han sumido a Cuba en una profunda crisis económica que ha deteriorado sustancialmente el nivel de vida de los ciudadanos. La escasez de los suministros más básicos lanzó a la población a la calle en las históricas manifestaciones del 11 de julio de 2021, que no tuvieron réplicas posteriores, pero marcaron un antes y un después para los gobernantes cubanos".

La torticera manipulación de la crisis de Cuba, no solo abarca la política, sino que en la economía, el informe gubernamental español, desliza perlas como estas:

"Esta nueva Constitución continúa la línea reformista que comenzó Raúl Castro con el "Proyecto de lineamientos de la política económica y social" aprobado por el VI Congreso del Partido Comunista de 2011 y ratificado por el VII Congreso celebrado en 2016, que contemplaba una serie de medidas liberalizadoras en materia económica como el "cuentapropismo", -posibilidad de trabajar de forma autónoma-, la búsqueda de la unificación monetaria o la reducción de la dependencia energética"

Pese a que el ICEX aclara que el informe está actualizado a abril de 2022, no hay referencia alguna a que todas esas anunciadas reformas sufrieron un frenazo radical ante el empuje de Barack Obama, que los cuentapropistas están cercados por el estado ruinoso y jinetero, que muchos cerraron sus negocios, incluso antes de la pandemia, que la unificación monetaria ha parido tres monedas y reforzado la dependencia crónica del dólar estadounidense, provocando una hiperinflación que golpea a los cubanos; especialmente a los más empobrecidos, que viven en tinieblas.

Cuando entra en capitulos detallados como el sector primario (agricultura y ganadería) el documento gana en objetividad, pero siempre nadando y guardando la ropa, teniendo en cuenta que vivir en Cuba como diplomático implica suplementos salariales por ser destino difícil, como ocurre con otros paises pobres del mundo.

Pero en Energía vuelve a fallar, "El Gobierno cubano insiste en su compromiso por alcanzar una matriz energética más eficiente y sostenible, con la progresiva sustitución de combustibles fósiles por fuentes renovables de energía", lógica aportación del discurso globalista medioambiental del neocomunismo post Muro de Berlín, que ya ha contaminado hasta los partes del tiempo en la Radio Televisión Española (RTVE).

España aprecia que en Cuba: "Se fomenta la construcción de viviendas por los propios interesados a través de la concesión de créditos y la venta subsidiada de materiales de la construcción. En 2020, la construcción de viviendas por esfuerzo propio» representó el 58% de las 32.874 construidas en total", tras remontarse a la "Batalla de Ideas"; sin aludir a los derrumbes con víctimas mortales en la propia Habana o las cifras de albergados desde hace más de veinte años, tras perder sus casas o el hacinamiento en viviendas pobres de núcleos familiares, con predominio monoparental femenino.

Las bajas tasas de nacimientos y fecundidad, las altas de mortalidad en 2020 y 2021, el envejecimiento poblacional y la descomunal estampida migratoria de cubanos, mayoritariamente en edad activa, no son ni siquiera mencionadas por la evaluación española de Cuba.

Y este párrafo parece sacado del guión de la Guerra de las Galaxias, recreado por los ingeniosos guionistas de Pánfilo: "Cuba tiene una cierta capacidad de producción de software para diferentes sectores, especializándose en algunos como el hospitalario y el hotelero. La producción de software cubana es valorada internacionalmente y es uno de los sectores con posibilidades de exportación". ¡Azúcar! Quizá se refieran a las técnicas de escucha que le aplicaron a la actual directora del CNI, en su fallido paso por La Habana.

En el ajiaco español para Cuba, tampoco faltan comunistas y aliados, como es el caso de algunas empresas vascas, manejadas por exiliados de la extinta organización terrorista ETA y cooperativas del entorno abertzale; de ahí el afan del gobernante Partido Nacionalista Vasco (PNV) en apoyar FIHAV 2022.

La Cámara de Comercio de Bilbao, manejada por el PNV, como es habitual en el caciquismo español, lo tiene claro y, en su convocatoria sobre la Feria de La Habana, recuerda que el mercado cubano es el principal socio comercial del País Vasco en el Caribe, al que vendió mercancías y servicios por 83,4 millones de euros, el año pasado.

El PNV es un partido de derechas, muy conservador y hasta opuesto al aborto, pero muy pragmático, como demostró tras el fin del terrorismo, cuando Bildu comenzó a segarle la hierba electoral bajo sus pies; ayudado por la decadencia socioeconómica de Euskadi, tapada por el río de dinero que Moncloa inyecta al gobierno vasco, para garantizarse su estabilidad parlamentaria.

Los devaneos de Ajuria Enea con el tardocastrismo tienen dos objetivos claros: Reforzar su sueño de Estado independiente que amaga, pero nunca rompe con España, por su vocación de políticamente correctos, y presentarse ante los votantes de izquierda como tolerantes ante La Habana.

La 38 edición de la Feria de La Habana acaba este viernes, pero ya veremos picaronas Crónicas de Indias, con Rodriguito Malmierca en el papel de Melquíades vendiendo humo y pan con na y a empresarios extranjeros y gusañeros; que sonreirán obsequiosos ante los presidente y primer ministro de Cuba, repitiendo la falaz letanía continuista: Mano de obra cualificada y semiesclava, sin aclarar que privilegian a ex oficiales del FARINT, cobrando migajas en dólares por la izquierda; estabilidad política y social; léase la paz de los cementerios y prohibición de huelgas; mas la ilusión renovada de que la isla es tierra promisoria.

Obviamente, el inversor o empresario extranjero que acude allí, salvo que sea bobo rente el culo, conoce el paño y le mete un 35% de sobreprecio a lo que vende; respaldado, además, por créditos y seguros estatales de sus países; sabiendo que tardará en cobrar, con suerte; y la casta de Siboney también lo sabe, y no le importa porque, al final, los sobrecostos lo pagan los cubanos míseros, aplastados por los precios de las tiendas dolarizadas, ETECSA y otras unidades militares listas para la defensa.

Cuba no es mercado apetecible ni tierra de oportunidades, solo un refinado simulacro del teorema de Pareto, donde menos de cien verdugos, familias, amantes y cómplices extranjeros que en sus países no son nadie ni nada, viven a costa del sudor y la miseria de sus víctimas; incluidos esos afortunados que desfilarán estos días por PABEXPO en busca de jabitas con suerte y recrearse la vista con pacotilla que no tienen.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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