Directivos de la fábrica Coppelia y de la heladería explicaron las razones económicas por las cuales se aumentó el precio de la bola de 5 a 9 pesos, decisión que ha generado profundo malestar en la población y que se suma a otras críticas sobre el servicio en sí.
Amauri Martínez Tamayo, director de la heladería Coppelia, se defiende argumentando que ellos solo ganan 1,90 de los 9 pesos en que se comercializa la bola de helado, y que el resto del importe corresponde a otros apartados.
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Más grande es el margen de ganancias de la industria, cuyo coste por la elaboración de cada tina (55 bolas) es de 300 pesos y la vende a 324,90 lo que supone una utilidad de 24,90 pesos. Esa ganancia es la máxima autorizada por ley, según revela un reciente reporte de la televisión cubana que ahondó en el tema.
La UEB Helados Coppelia tuvo pérdidas en 2021 que superaron los 800 mil pesos, y ya arrastra pérdidas de más de 8 millones de pesos en los primeros tres meses de 2022.
No obstante, la directora de la fabrica, Ana Mercedes Herrera Rubier, asegura que el nuevo precio no pretende compensar los números negativos ni lograr eficiencia a expensas del bolsillo del consumidor.
El primero de los motivos esgrimidos para el aumento es un incremento en los precios que se paga a los campesinos por cada litro de leche fresca, que forma parte de las medidas para estimular las producciones agropecuarias en la isla y que impacta en los costos mayoristas de las producciones industriales de la leche.
Los ganaderos defienden ese incentivo en el pago de sus producciones porque ellos pagan los insumos en divisas y un par de botas les puede llegar a costar 5 mil pesos.
Ana Mercedes Rubier dice que, además del citado aumento de la leche, están los gastos incrementados en materias primas, que en algunos casos dependen de importaciones, y cita cifras:
“La tonelada de huevo está sobre los 180 mil pesos y la fábrica gasta una tonelada de huevos cada tres días. A ello se suma que una tonelada de azúcar nacional está sobre los 10 mil pesos. Además se usa mantequilla, que se paga a 112 mil la tonelada", acota Herrera Rubier, que añade entre los costes el salario de sus 300 trabajadores y la transportación.
“Hoy tratamos de reestructurarnos, de organizarnos, de reordenarnos como se está reordenando el resto del país para ser eficientes y también poder darle una mayor retribución monetaria a los trabajadores nuestros, que trabajan de lunes a sábado y a veces de lunes a lunes, sin descanso”, concluyó la directora de la fábrica.
El director de Coppelia, por su parte, refiere gastos de electricidad, agua y varios tipos de impuestos que dejan a la heladería sin mucho margen de utilidad, solo con el citado importe de 1,90 como ganancia.
Entre las sugerencias de la prensa oficialista para estudiar una posible rebaja de los precios está reevaluar la utilidad de casi 25 pesos que gana la industria, además de disminuir importaciones de sabores para las mezclas lácteas y hacer mayor uso de las frutas cubanas, así como un estudio de las obligaciones tributarias que lastran los costes.
Al reciente aumento de precios en el coste del helado, que pasó de comercializar una ensalada de helado Coppelia de 25 a 45 pesos, se suma el mal funcionamiento de la heladería más allá del precio del producto en sí.
En marzo, el periodista oficialista cubano Fidel Díaz Castro generó polémica al proponer entregar “a las FAR” la gestión de la popular heladería.
La publicación generó decenas de comentarios, un grupo abundando en el desastre irremediable que es Coppelia y otros cuestionando o directamente reprochando al comunicador que la solución sea entregar la gestión del popular establecimiento a los militares. Varios comentarios abundaron en la corrupción, el desvío y la reventa de tinas por la izquierda como viejo mal endémico de Coppelia.
Tras permanecer unos meses cerrada debido a la situación epidemiológica asociada al coronavirus y con el fin evitar aglomeraciones, la heladería reabrió sus puertas en septiembre de 2021 pero por reserva telefónica, para lo cual se habilitaron tres números.
Esa solución terminó generando un sinfín de quejas, motivo por el cual a finales de enero Coppelia retomó su funcionamiento habitual, es decir, la entrada a la instalación por orden de llegada y sin necesidad de reservación telefónica.
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