Una vacuna contra el VIH se encuentra en la última fase de ensayos

La vacuna es promovida por farmacéutica Janssen, con sede en Bélgica y propiedad de Johnson & Johnson

Vacuna contra el VIH (referencia) © Adobe Stock
Vacuna contra el VIH (referencia) Foto © Adobe Stock

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Este artículo es de hace 4 años

La farmacéutica Janssen -con sede en Bélgica y propiedad de Johnson & Johnson- ha llegado a la fase 3 de ensayos de un prototipo de vacuna contra el virus del VIH.

Se trata de la primera vacuna, en más de una década, que llega tan lejos en el caso del Virus de la Inmunodeficiencia Humana, descubierto en 1981 y cuya enfermedad asociada fue bautizada oficialmente en 1982 como Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) (Acquired Immune Deficiency Syndrome, AIDS).


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El propósito de la vacuna de Janssen es preventivo, es decir, proteger frente a la transmisión del virus que provoca el SIDA.

El ensayo durará de 24 a 36 meses para verificar la permanencia e intensidad de la protección. El anterior intento de conseguir una vacuna contra el VIH acabó en 2009, cuando se comprobó que el anterior prototipo de vacuna solo evitaba un 30% de las infecciones.

La tecnología que Janssen ha utilizado en su vacuna contra el VIH es la misma que ha empleado en su vacuna contra el coronavirus, que también se encuentra en fase 3 de ensayos: “un adenovirus modificado para que transporte al interior de las células del sujeto el ADN de sus proteínas más representativas de manera que el organismo del individuo cree anticuerpos contra ellas”, según reseña el diario El País.

Antonio Fernández, investigador de la farmacéutica, declaró al citado medio que en verdad son dos vacunas, una codificada con tres proteínas y otra con cuatro, que por tener esta mezcla se llaman mosaico.

Las dos han superado los estudios de seguridad y se ha comprobado que crean anticuerpos, según acredita un artículo publicado en la revista especializada The Lancet, aunque falta ahora por ver cómo funciona en condiciones reales.

José Moltó, médico de la Fundación de la Lucha contra el Sida, ha explicado que la tardanza en conseguir una vacuna se debe a que el VIH tiene una “tremenda variabilidad”.

Precisa que “al estar presionado [por las células del sistema inmune] cambia de apariencia externa y escapa”. Lo que hace la vacuna que ahora se encuentra en fase 3 de ensayos es que “se dirige a distintas variantes de las proteínas gag, pol y env del virus, lo que le hace más difícil que evada la acción de los anticuerpos creados”.

Moltó explica que es semejante a lo sucedido hace ya 25 años con los tratamientos antivirales, que fueron efectivos cuando se combinaron varios que interrumpían el ciclo de replicación del virus. El éxito de esos tratamientos trajo como consecuencia que se hablara menos del VIH y del SIDA.

No obstante, científicos españoles calculan que 12 de los 38 millones de personas que viven en el mundo con el virus, no reciben tratamiento.

El éxito de los tratamientos actuales hace que una pastilla al día mantenga el virus controlado y lo reduzca tanto que la persona infectada no pueda transmitirlo a otra, sin embargo, su éxito ha frenado por otra parte la investigación para una vacuna.

Además de la terapia antiviral para quienes ya tienen el virus, también existe la denominada profilaxis preexposición (Prep), una pastilla que protege del VIH si se toma antes de las relaciones sin protección.

Sobre el éxito de la vacuna de Janssen, los investigadores estiman que todo dependerá de la eficacia y el régimen de la vacuna. Si se consigue que funcione con uno o dos pinchazos para toda la vida o cada cinco años, “será más cómoda y más aplicable a la población de los países pobres”, argumenta el médico español.

Se estima que un coste por debajo de los actuales tratamientos con antivirales puede facilitar la aplicación de la vacuna a personas donde incluso escasea el agua potable para tomarse una pastilla diaria. Es el caso del continente africano, que representa más del 40% de los nuevos contagios de VIH en el mundo, según datos de la OMS.

La Organización Mundial de la Salud estima que unas 38 millones de personas eran positivas al VIH en todo el mundo al cierre de 2019. De las cuales 36.2 millones son adultos y 1.8 millones niños (hasta 14 años).

Desde el pico alcanzado en 1998, las nuevas infecciones por el VIH se han reducido en un 40%. En 2019 se produjeron 1.7 millones de nuevas infecciones por el VIH, en comparación con los 2.8 millones de 1998. En lo que respecta a los fallecimientos, desde el pico alcanzado en 2004, los casos de muertes relacionadas con el SIDA se han reducido en más de un 60%. En 2019, alrededor de 690.000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el SIDA en todo el mundo.

Cuba ha registrado 35 mil personas infectadas de VIH desde que se detectó la enfermedad en la isla, en 1985. En estos 35 años han fallecido en Cuba por esa causa 9.244 personas, a razón de una media de 264 por año.

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