El nuevo hotel de lujo de La Habana que lleva por nombre "Paseo del Prado", administrado por la cadena francesa Accor, está casi listo, según dio a conocer el portal oficialista Cubadebate.
Ubicado en la intersección de Prado y Malecón -de donde hereda el nombre-, el hotel cinco estrellas plus tiene 36 metros de altura, cuenta con 250 habitaciones y fachadas con grandes ventanales de cristales.
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La instalación tiene una torre que semeja la proa de un barco, y desde donde se puede divisar el malecón, el Castillo de los Tres Reyes del Morro, la fortaleza de San Salvador de la Punta y el Centro Histórico.
Según la información difundida, en los bajos del hotel -construido por personal cubano de la inmobiliaria Almest- habrá un corredor con galerías, un cigar bar y una tienda.
"La piscina estará al costado frente al malecón, y el parqueo semisoterrado tendrá capacidad para unos 60 vehículos ligeros y 10 motocicletas, asegurado por una compuerta hermética que evitará la entrada de agua en caso de intensas lluvias o penetraciones del mar", aseguró el citado medio.
La construcción del "Paseo del Prado" comenzó en febrero de 2017, y su entrega estaba prevista para este año.
A finales de 2018 se inauguró el hotel de 5 estrellas Iberostar Grand Packard de La Habana, con costos que van desde los 260 euros (301 CUC) la noche por una habitación doble hasta los más de 1.300 (1.505 CUC), que es lo que cuesta la Suite Star Prestige Packard.
En 2017 se inauguró el primer hotel de lujo en Cuba, el Gran Hotel Manzana Kempinski, en el corazón de La Habana.
Desde entonces, este tipo de industria ha tenido cada vez mayor presencia en la Isla, en medio de una ciudad con pésimas condiciones de vivienda y que a inicios de este año se vio afectada por el paso de un tornado.
Ese tornado dejó más de 8.000 viviendas afectadas, de las cuales ya han sido recuperadas un 80 % según fuentes oficiales. Las obras de construcción de los hoteles no se detuvo tras esa catástrofe atmosférica y pese a que un periodista propuso utilizar estas instalaciones para albergar a los afectados, ninguno abrió sus puertas.
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