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En una ocasión me llamaron para premiar en el muy seguido concurso de videos clips Lucas, y allí tuve la oportunidad de conocer personalmente a alguien que, en la actualidad, considero mi amiga, mi hermanita menor, teniendo en cuanta la gran diferencia de edad entre ambas.
Siempre la admiré: actriz de carácter, seria, con esa mirada azul que penetra cual acero. Y cuando tuve la oportunidad de compartir con ella cinco minutos, me cayó muchísimo mejor.
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Compartidora, risueña, respetuosa, amigable, gritando a viva voz a conocidos y amigos, así es mi querida Dianelys Brito, uno de los mejores seres humanos que he conocido en esta vida.
Hoy, al cabo ya de dos años sin vernos, me le acerco y no dudó un instante en concederme esta entrevista para los lectores de CiberCuba, muchos de los cuáles se preguntarán ¿dónde está la hermosa protagonista de Pasión y Prejuicio?
“¿Cómo me iba a negar? Es cierto que el tiempo no alcanza pero siempre para alguien como tú lo habrá. Aquí te comparto mis vivencias sobre todas las cosas. Creo que vivir es una tarea importante de la que hay que aprender cada segundo, y justo en eso; es en lo que más me he empeñado.”
Vivir es una tarea importante de la que hay que aprender cada segundo, y justo en eso; es en lo que más me he empeñado
Pues comencemos Dia. ¿Cómo nace tu bregar por el mundo de la actuación, desde pequeñita en la escuela?
“Nací en Pinar del Río, un 2 de diciembre del año que te dé la gana jajá (esto me obliga a decir mi hermana Irela Bravo, la Cachita de Pánfilo y la excelente actriz de tantos y tantos papeles en la TVC así como conductora del gustado y ya histórico programa Entre Tú y Yo).
“Tengo una única hermana de sangre, Belkys, un año menor que yo, así que tampoco tiene edad. Es de las personas más importantes de mi vida, ella forma parte de cada paso que he dado durante mi crecimiento.
“La palabra HERMANA literalmente en mayúsculas es ella para mí. Estudiamos juntas siempre, las dos nacimos en diciembre, hemos estado en las mismas escuelas desde niñas.”
¿Cuándo te picó el 'bichito' de la actuación?
“Bueno, yo estudié violín en la escuela de Artes de Pinar del Río con el profesor ruso Rubén Poghosyan, maestro inolvidable, de hecho me quería llevar a Rusia a seguir el violín cuando él se fue y, por supuesto, mi mamá no me dejó.
“Estaba muy pequeña para emprender algo así. Cuando él partió, nos atrasamos y ahí mismo empezaron a cambiar mis inquietudes dentro del arte.
“Cuando terminé el 9no grado tenía claro que quería ser actriz, no me preguntes ¿por qué? Pienso que aunque nadie en mi familia trabajó de manera profesional, muchos tienen la veta, empezando por mi abuela materna que decía poesías de memoria y décimas sin parar.
“Mi madre, tu tocaya Julia, tiene lo suyo, sólo le faltó nacer en otra época y lo habría desarrollado. Así es que la actuación se volvió mi pasión, y lo que quería hacer como profesional.”
¿Cómo encaminaste entonces tus pasos a la actuación?
“Hice el preuniversitario en Pinar, para después presentarme en las pruebas del ISA(Instituto Superior de Arte) en La Habana. Aquello no fue fácil. Era un montón de muchachos aplicando. No me lo podía creer cuando me dijeron que había aprobado. Fíjate, de Pinar sólo entramos dos”.
Una niña de casa, sujeta a una educación prácticamente campesina, porque tu ancestros son de San Juan y Martínez, vaya, un poco más, y llegamos a la punta occidental de la Isla.
¿Cómo te las arreglaste para subsistir en un ambiente completamente nuevo para ti?
“Esa fue una etapa difícil para esta guajira que se enfrentó a una nueva vida, completamente diferente a la que estaba acostumbrada. Ya sabes que los pinareños tenemos esa ingenuidad innata que nos caracteriza; de hecho, ya sabes todo lo que nos bromean.”
(Bueno, pueden ahondar más en la personalidad de los pinareños con cuantos humoristas cubanos conozcan, comercial aparte. Jajá. Sigo con Dianelys.)
“Chica, no seas mala, pero bueno es así. Al principio de estar en el ISA tenía la sensación de que nunca iba a poder lograr convertirme en actriz, por muchísimas razones.
“La primera y más importante era mi timidez y mi inseguridad. No sabía cómo enfrentarme a esa nueva etapa de mi vida, que estaba claro me gustaba, pero me sentía con limitaciones. Supongo que esos miedos son propios de la edad, de cambiar de ciudad, de llegar a la Capital sola, porque mi familia se quedó en Pinar y yo con 17 años empecé una aventura que no sabía si iba a salir bien.
“En el ISA tuve muy buenos profesores en todas las especialidades, incluyendo actuación, pero la falta de confianza me acompañó hasta el tercer año, y fue Vicente Revuelta, quien logró que confiara en mí, encontré finalmente las herramientas, luché contra mis temores y no dejé la carrera, como me pasó muchas veces por la cabeza."
Fue Vicente Revuelta, quien logró que confiara en mí
¿Qué te motivó a no abandonar la carrera?
“Me encantaba ser actriz. Personificar otras vidas, vivirlas. Se fue mi deseo por encima de mis temores. Terminé graduándome con Ana Viñas, respetadísima actriz de Teatro Estudio, y un grupo de talentosos actores que han hecho brillantes carreras.”
¿Y qué pasó a partir de ahí?
“Mi servicio social lo hice en el Teatro Musical de La Habana, donde tuve la oportunidad de compartir con los grandísimos actores de ese giro. Allí también comenzó mi amistad con Jorge Losada, un ser adorable, simpático, culto, excelente persona, que adoro y que, gracias a la vida, todavía somos amigos, mi viejo bello.
“Estando en el Musical me llegó la oportunidad de hacer Los abuelos se rebelan, una mini serie para la Televisión, la recordarás.
“Imagínate lo que significó para mí comenzar al lado de María de los Ángeles Santana, Cholito, Coralita Veloz, Gerardo Riverón, Aramís Delgado, Elvira Cruz, actores todos de primer nivel, y yo tuve la suerte de trabajar desde el inicio con los más grandes de la TV en Cuba.”
Aquella mini serie para mí, marcó pautas del buen hacer, de la comicidad imbricada con la realidad. Aquellos maestros de la actuación, dando significativo espacio e importancia a la bella juventud de la dulce Dianelys, sencillamente, es algo para no olvidar. Lástima que aquellos soberbios libretos parecen haber desaparecido de las mesas de los actuales gionistas. ¡En fin! Sigamos con Dia.
“Después vino todo lo demás. En aquella época había muchísimos programas, trabajábamos sin parar: Convivencia, Así era entonces, Día y Noche, Tele Teatros.
“Hice mi primera novela, que dirigió Sirio Soto, Bajo este cielo, con otro elencazo de lujo, pero no fue hasta Pasión y Prejuicio, mi primer gran protagónico en la televisión, que me convertí en una cara conocida, todo, gracias a Eduardo Macías, que marcó mi vida para siempre.
No fue hasta Pasión y Prejuicio, mi primer gran protagónico en la televisión, que me convertí en una cara conocida, todo, gracias a Eduardo Macías, que marcó mi vida para siempre
“Trabajar con él fue de las cosas más importantes que me pasaron en mi carrera como actriz. También fue mi amigo hasta el último día que estuvo físicamente entre nosotros. Lo recordaré siempre, ¡siempre!
“Hay un antes y un después de Pasión y Prejuicio. Nunca olvidaré sus palabras cuando me llamó para darme el personaje de Beatriz: '¿Sabes a lo que te enfrentas?¿Viste el elenco que te rodea? ¡Eres la protagonista y tienes que estar a la altura!' ¡Qué reto Dios mío! ¡Qué nervios! Pero qué deseos de enfrentarme al personaje. Mencionar cada nombre sería extenderme demasiado, pero todos saben el elenco de super lujo que tuvo esa novela.
“Inolvidable novela que a cada rato retransmite Cubavisión Internacional. Tengo que hablar de Reinaldo Cruz, Rini, que era Marcos, el novio de Beatriz, por la que todos sufrieron, como era de esperar.
“César Évora, Alberto, que puso a temblar la relación de Marcos y Beatriz, dos super galanazos con los que tuve la suerte de compartir.”
Más allá del debate existencialista de con cuál se quedaba Beatriz, la maldad de Amalia, el personaje que muy profesionalmente encarnó Nancy González, el horror que significó la violación de la prima de Beatriz, hay algo que ningún cubano olvida: las galletas que ambas protagonistas se dan en la escalera.
“Niña, ¿cómo olvidar la escena con Nancy de la galleta? Fue duro, nos lo planteamos así: vamos a hacerlo de verdad, de una vez … ¡y así salió! no creo que hubiera resistido una segunda toma jajá.
“Sufrí con el personaje, pero me divertí también con todos, porque de eso se trata, de vivir el personaje y disfrutar cuando lo hacemos.”
Para mí fue una de esas novelas que marcan una época como lo fue Sol de Batey y Tierra Brava, desaparecidas lamentablemente de nuestra pantalla, en cuanto a otras similares se refiere.
“Después de Pasión y Prejuicio siguieron muchos títulos: Entre Mamparas, Rosas a Crédito, Violetas de agua, La Leyenda del Rayo, El eco de las Piedras, La cara oculta de la luna, Los tres Villalobos, Mucho ruido, Oh La Habana, y siguieron más tele teatros, muchos capítulos de Día y noche.
“También en teatro hice con nuestro enorme José Antonio Rodríguez Los inventos de un escaparate, una comedia deliciosa, y de la mano de ese maestro, pues el éxito estuvo garantizado.
“En fin, que todo eso está ahí, en la memoria de todos los que me encuentro y con todo el cariño me halagan, me desean las mejores cosas y sobre todo, en mi memoria, lo vivido, vivido está.”
La familia, algo básico en todo ser humano que se precie de serlo. Te conozco y eres de esas buenas personas.
“Junto con mi vida artística, por supuesto converge la vida diaria, las pérdidas de seres muy queridos y la llegada de otros para alegrarnos por siempre.
“Primero llegó mi sobrina que, además nace junto con Pasión y Prejuicio, la primera niña de mi hermana, mi primera sobrina, Daniela, aquello fue la alegría de mi casa, yo pensaba que era mía, de hecho, la gente me veía con ella y creían que era mi hija.
“Llegó el segundo, el varón, mi otro sobrino, Reynaldo, nuestro macho, la algarabía, el desenfreno y más alegría para todos.
“Luego llega la parte que nace de mí, mi hija Alejandra, la que cambió todo en mi vida, mi luz, mi razón de vivir número uno, la que vuelca mis prioridades; por la que soy capaz de hacer cualquier sacrificio. Ahí me di cuenta que ser madre es mi carrera más importante, que disfrutarla era más necesario que un personaje, que quería estar cada segundo con ella para no perderme nada en su crecimiento.”
Ser madre es mi carrera más importante, que disfrutarla era más necesario que un personaje, que quería estar cada segundo con ella para no perderme nada en su crecimiento
Es por ella que uno de estos días te sorprendo vendiendo croquetas en una establecimiento comercial del Vedado, frente al malecón.
“No se te olvida. Recuerdo que cambiaste lo que ibas a comprar por mi vasija de croquetas. ¡Nada, estaban buenísimas! Pero lo que había más allá de lo buena que estaban era la razón en sí de su venta”.
No me lo digas a mí, que me morí allí delante de ti, no porque vender croquetas, limpiar pisos o despachar en una bodega sea algo deshonesto, indigno, sino por lo que significaba que una actriz de tu valía estuviera vendiendo croquetas en una tienda. ¡Por Dios y la Virgen!
“Pues sí, y con mucho orgullo lo hice. Mira, los últimos cinco años que viví en Cuba no paré de trabajar; pero de pronto, todo se acabó.
“Concluyo la última serie que estaba grabando y veo que no me llaman para nada más. Me senté en mi casa, no había dinero suficiente para vivir, y a Dianelys, ¡yo! se le ocurrió que de alguna manera tenía que buscarlo.
“La solución inmediata fue sentarme a hacer croquetas para vender, que como te dije, me quedaban muy buenas. No me importaba pasarme horas sentada en la cocina de mi apartamento y cuando mi hija llegaba de la escuela, pues se sentaba conmigo a ayudarme.
“Así pasaron muchos meses. Ahí vinieron mis cuestionamientos de ¿qué hacer con mi vida, qué va a pasar si el trabajo en la TV es poco y cada vez habrá menos? ¿Es esto lo que quiero para mí, para mi hija que está creciendo, y cuando estudie y se gradúe de lo que sea dónde va a trabajar?
“¿Le va a alcanzar el dinero siendo una profesional para vivir con dignidad? Al menos yo había hecho una carrera y me sentía realizada, pero y ella ¿qué va a hacer con su vida?
“Mi mayor miedo era pensar que cuando ella creciera se iba a querer ir, como muchos hijos de amigas que ya lo habían hecho. La decisión era mía y prefería sacrificarme yo. ¡Por eso salí! Dejé detrás una vida, mi profesión, familia, amigos y nunca me arrepiento de eso.”
Mi mayor miedo era pensar que cuando ella creciera se iba a querer ir, como muchos hijos de amigas que ya lo habían hecho. La decisión era mía y prefería sacrificarme yo. ¡Por eso salí!
¿Viniste sola? ¡Al igual que comenzaste tu vida en el ISA!
“Así es. Llegué a Miami con la esperanza de empezar de cero, no importa, pero empezar otra vez con perspectivas al menos. Sufrí la ausencia de mi hija por un año y medio sin verla, que para mí fue una eternidad, pero cuando la tuve delante otra vez, el tiempo no había pasado.
Llegué a Miami con la esperanza de empezar de cero, no importa, pero empezar otra vez con perspectivas al menos
“Luché, lloré muchísimo por su ausencia, pero al final valió la pena. Hoy está estudiando Medicina, es una excelente alumna, y para mí eso es un premio.”
¿La gente de Miami te reconoce, se mete contigo? ¿Qué haces, actúas de vez en cuando?
“Por supuesto que me encuentro constantemente personas que me reconocen y me preguntan ¿cuándo vas a actuar?¿Por qué no estás en la TV?
“El público cubano es el mejor y el que más ama a sus artistas, de eso no me cabe duda y es que siempre me lo han demostrado, no sólo a mí, sino a todos sus artistas. Veo sus caras y ellos sienten más que yo que no esté actuando.
El público cubano es el mejor y el que más ama a sus artistas, de eso no me cabe duda
“Aquí hice una obra de teatro con Rolando Tarajano que la escribió y dirigió y se llama Un juguete para mi mujer, pero nada más.”
No sé por qué los productores de los canales hispanos en Miami cierran sus ojos ante la calidad suprema de los artistas cubanos, Alí, Susana, Dianelys, Albertico y tantos más. No me lo explico sinceramente. ¿Por qué no podrán los cubanos abrir su propio canal y producir sus propios espacios? Bueno, sigo con mi entrevistada y amiga Dianelys Brito.
“Mira Julita, lo cierto es soy una mujer realizada, que es capaz de reinventarse, porque la vida para mí es más que aferrarme a una profesión. Estudié y soy Terapista de Comportamiento, ayudo con mi trabajo a niños autistas, y es algo maravilloso, la actuación es una herramienta con la cuento para ejercerlo.
Soy una mujer realizada, que es capaz de reinventarse, porque la vida para mí es más que aferrarme a una profesión. Estudié y soy Terapista de Comportamiento, ayudo con mi trabajo a niños autistas, y es algo maravilloso
“Soy feliz, muy feliz. Soy de amar y creer mucho, muchísimo en la amistad. Mis amigos, los que nos elegimos mutuamente, porque ésa es la parte más importante de la amistad, la elección, son muy importantes en mi vida, a ellos los extraño, algunos están por aquí, otros no.
“Extraño a mi hermana, mi negra, mi Irela Bravo, amistad que nació también con Pasión y Prejuicio y, que gracias a Dios, la veo cada año pues viene a mi casa, su casa, en Miami. Podría hacer una lista de amigos, pero sería demasiado agobiante y me atrevo a mencionar a Irela porque todos saben lo que nos une desde hace muchos años.”
¿Estarías dispuesta, como han hecho otros, a ir a actuar a Cuba?
“No creo que esté en mis planes, pero no voy a ser absoluta. Gracias por invitarme a desnudarme un poco, contar de la vida me encanta, más que hablar de lo que hice porque eso ya el público lo vio y sé que les gusta conocer al ser humano que hay detrás de la actriz.
“Les deseo a todos los cubanos el mejor regalo que pueden hacerle a cualquier ser humano: ¡libertad!, que puedan tomar sus propias decisiones, ¡eso no tiene precio! Estoy feliz de ser cubana, eso va conmigo por siempre. ¡Los abrazo!”
Yo, por mi parte, voy a esperar a que Dai y Alejandra me vuelvan a invitar a cenar otro delicioso Fetuchini Alfredo, que nos sirvió para hablar de las mil y una cosas que tanto nos une.
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