Niños reciclan aluminio en comunidad rural de Santiago de Cuba para apoyar comedores misioneros

Las latas de aluminio que los niños aplastan y envasan en sacos, son recolectadas por miembros de distintas comunidades, quienes las entregan como su contribución a la iglesia.


El sacerdote cubano Leandro NaunHung compartió el pasado domingo en redes sociales la historia de un grupo de niños en una comunidad rural de Santiago de Cuba que aplastan latas de aluminio para luego venderlas, como una manera de apoyar a los comedores misioneros de la zona.

En el video compartido por NaunHung en Facebook, una niña presentó lo que llamó un "centro misionero", un espacio al aire libre donde cerca de una decena de personas, niños y jóvenes en su mayoría, se dedican a aplastar latas de aluminio.


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La niña también mostró el sitio donde se apilan las latas que aún faltan por aplastar, explicando que el objetivo es “conseguir el dinero que necesitamos para nuestros comedores misioneros”.

Una mujer de la comunidad explicó que el origen de las latas que los niños aplastan son recogidas por “hermanos de las diferentes comunidades”, ya que constituye “el aporte que dan a la iglesia”.

Además, indicó que posteriormente, los niños, jóvenes y adolescentes se encargan de aplastarlas, envasarlas en sacos y venderlas.

La niña también mostró en el video otra de las actividades que realizan en la comunidad rural de Santiago de Cuba, que es la elaboración de pan: “Se lo pueden comer con miel, con lo que quieran, es un sabroso pan”.

En una casa cercana, la pequeña enseñó cómo los jóvenes se encargan de preparar la masa de pan que luego es horneada en un horno alimentado con leña, y que es compartido entre los feligreses y personas de la comunidad que asistan a las misas.

Recientemente, el sacerdote NaunHung repartió pan durante una misa dominical en una zona rural de Santiago de Cuba, destacando este gesto como una forma de compartir alegría y de resistir la dura realidad que enfrentan los cubanos.

NaunHung, en un video publicado en Facebook, expresó un mensaje de esperanza y solidaridad mientras repartía pan en una zona rural de Santiago de Cuba: “Le traemos un regalo, le traemos pan”, dijo el cura, destacando que, en medio de la crisis que afecta a tantas familias, compartir alimentos es una forma de traer alegría.

También en días pasados, el párroco compartió una publicación en la que insistía a las personas en la importancia y necesidad de reciclar latas de aluminio, para generar ingresos y aportar a la familia y a la iglesia.

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