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El escritor cubano Carlos Manuel Álvarez dijo sentirse consternado porque el gobierno de Cuba le prohibió este fin de semana la entrada al país y en adelante debe vivir en el destierro.
"Si bien uno lo sospecha de antemano, o uno iba bastante consciente de que ese podía ser el resultado inmediato, a mí me produjo consternación. Fue una especie de golpe, porque obviamente una cosa es la posibilidad del hecho y otra cosa es el hecho como tal", dijo Álvarez.
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El intelectual cubano explicó que este domingo debía tomar un vuelo a La Habana con la compañía American Airlines desde Miami, Estados Unidos, pero al hacer el check-in, le informaron que no puede entrar a Cuba.
"Primero me dijeron que no tenía reserva de vuelo y tuve que enseñar la compra del ticket y notificaciones de mi correo. En una segunda revisión se dieron cuenta de que me habían denegado la entrada a Cuba", dijo Álvarez en una transmisión en directo, este lunes por su perfil de Facebook.
Explicó que le llamó la atención que esto es algo frecuente entre pasajeros que van desde Miami a La Habana, unas veces por trámites burocráticos y otras por razones políticas, como es el caso de las activistas Anamely Ramos y Omara Ruiz Urquiola, quienes fueron desterradas por el régimen.
"Estos destierros forman parte de una narrativa sistémica y de métodos represivos que han durado décadas y han afectado a decenas de miles de cubanos. En la historia más reciente están los casos ya tristemente naturalizados, de médicos y personal de salud en general o profesionales del deporte que han desertado", comentó.
El escritor dijo que está en contra de aceptar el destierro con naturalidad, pero aseguró que es una especie de "premio agridulce" la condena al exilio, porque significa que estos activistas "incidieron sobre el monopolio del poder político en Cuba" y de alguna manera ayudaron a cambiar algo en la sociedad cubana.
Álvarez dijo que está dispuesto a sumarse a convocatorias o acciones para regresar a Cuba, de cualquier manera, con la comunidad del exilio en pleno, a la par que confesó conocer los riesgos que esto tiene.
"Sé que hay una suerte de sensibilidad común que se ha ido gestando, dentro del exilio cubano, y que mucha gente estaría dispuesta a apostar parte de su capital individual para emprender una iniciativa de esta naturaleza", dijo el escritor.
Señaló además que algunos cambios recientes en Cuba le deben mucho al papel de vanguardia que ha tenido la disidencia, y en este sentido mencionó la creación de las nuevas mypimes o la aprobación del nuevo Código de la Familia.
"Hay personas que están pagando el precio de un castigo menos severo para nosotros (los desterrados)", comentó recordando con sutileza la existencia de presos políticos en Cuba.
Carlos Manuel Álvarez, quien acaba de terminar un libro sobre los sucesos de San Isidro, reconoció la importancia de la lucha intelectual contra el régimen, pero se mostró dispuesto a pasar al "campo de batalla como ciudadano".
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