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El preso político Carlos Manuel Pupo Rodríguez está en peligro de muerte tras más de 40 días en huelga de hambre, lo que obligó su traslado este miércoles al Hospital Provincial Abel Santamaría, en Pinar del Río.
Varias fuentes aseguran que se encuentra "en estado grave", y a sus familiares y amigos les preocupa la salud del activista con el que no se han podido comunicar directamente.
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"La información que tenemos hoy y por medio de la familia, es que continúa ingresado en el hospital Abel Santamaría de Pinar del Río, dijo a CiberCuba José Elías González Agüero, coordinador en funciones del partido Unión por una Cuba Libre.
"Se le están poniendo medicamentos en venas, sueros. [Está] muy débil, de no poder sostenerse por medio de sus piernas", precisó.
Previo a su traslado al hospital, y a pesar de su delicado estado de salud que le impedía alimentarse por sí mismo, las autoridades penitenciarias mantuvieron a Pupo aislado en una pequeña celda, “privado de agua, atención médica y de comunicaciones telefónicas y visitas de familiares”, informó la ONG Archivo Cuba en un comunicado.
Antes había sido objeto de maltratos y castigos “en celdas húmedas y pestilentes con huecos en el suelo por donde entran ratas”, agrega la ONG que hasta la fecha ha documentado 27 muertes por huelga de hambre desde 1959. De ellas, 14 eran presos políticos o de conciencia y 13 habían sido condenados por causas no explícitamente políticas.
Pupo, de 67 años, fue detenido el 11 de julio 2021 en San Antonio de los Baños, su lugar de residencia, y condenado a seis años de privación de libertad por participar en las protestas antigubernamentales de esa histórica jornada.
Es defensor de los derechos humanos, coordinador nacional del partido Unión por una Cuba Libre y Gestor Líder del Proyecto Emilia, coordinado por el Dr Oscar Elías Biscet.
Desde principios de octubre, el opositor “no se podía levantar, no podía hablar”, asegura una denuncia compartida por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
A inicios de esta semana el Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba (CRDHC), en coordinación con los Círculos Democráticos Municipalistas (CDM) hizo un llamado urgente a la opinión y a la Comunidad pública nacional e internacional por la vida del prisionero político.
“El CRDHC hace responsable al gobierno cubano de la vida y la integridad física de este prominente defensor de derechos humanos. Y recuerda que al menos dos reclusos comunes murieron en huelga de hambre el pasado mes; uno de ellos en la prisión de Canaleta de Ciego de Ávila y en otro en Nieves Morejón de Sancti Espíritus”, advirtió González Agüero en Facebook.
El opositor inició una huelga de hambre el pasado 20 de agosto en protesta contra su encarcelamiento y el del resto de los presos políticos, en la prisión Kilo 5 y Medio, donde había sido trasladado para dificultar las visitas de sus familiares.
“Él se plantó para protestar contra la injusticia cometida por el régimen contra los manifestantes del 11 de julio. Exige su libertad y la de todos los encarcelados por el 11J”, dijo entonces su esposa, Yanet Bulnes, a Radio Televisión Martí.
De acuerdo con el mencionado sitio de noticias, a inicios de septiembre abandonó la inanición tras promesas de las autoridades de que serían revisadas la sentencias. Sin embargo, el 17 del propio mes retomó la huelga.
El pasado 27 de septiembre, Andy Reyes, de 27 años y recluso de la prisión Nieves Morejón de Sancti Spíritus, falleció tras 52 días de inanición. Condenado a 25 años por un robo que insistía no haber cometido, murió exigiendo una revisión de causa.
En estos 62 años de totalitarismo, al menos 1,748 cubanos han muerto en cárceles de la isla como resultado de abusos, desnutrición y enfermedades mentales, según investigaciones de Archivo Cuba. Solo el último año, el grupo de trabajo Justicia 11J ha documentado 1,515 personas encarceladas por motivos políticos.
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