El científico cubano Ariel Ruiz Urquiola, sobreviviente de cuatro huelgas de hambre y sed, aseguró este jueves a CiberCuba que está convencido de que la huelga de hambre sigue siendo un método efectivo de lucha pacífica, pero advierte de que los manifestantes deben tener claro que se llega hasta aquí debido a un estado de gran indefensión y convencidos de que es una batalla pedida de antemano.
Sólo así, en su opinión, se puede doblegar a la "bestia" porque "la dictadura sabe cuándo su presa tiene miedo y cuándo está dispuesta a a cejar", señaló a este portal.
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"La dictadura cubana sabe perfectamente, es profesional, desde su aprendizaje con la Stasi alemana, cuándo la víctima que tiene delante puede cejar o no cejar. Te lo digo con absoluto convencimiento de causa y con el riesgo de lo que esto pueda despertar en cualquiera", recalcó Ruiz Urquiola.
Ruiz Urquiola defiende que un huelguista nunca inicia su huelga pensando que va a ganar. "Hay posicionamientos en los cuales el enemigo, que es una bestia, sabe y actúa como una bestia ante su presa. Su presa está decidida a defenderse y esa bestia, en coherencia, va a cambiar su plan. Tú me puedes decir:¿cómo podías saber que ibas a ganar? No, yo en todo momento estaba perdido", confiesa a CiberCuba.
A pesar de los inconvenientes, Ruizi Urquiola defiende este método de lucha pacífica. “Yo pienso que sí, que la huelga de hambre y sed en cualquier de sus manifestaciones es ineludiblemente un método de lucha pacífica de las personas que están en situaciones de absoluta invalidez y de absoluto desamparo”, señaló.
Tras cuatro pulsos ganados a la "bestia", Ruiz Urquiola asegura que en esos casos siempre contempló un final donde él sólo podía acabar libre o liberado (de espíritu).
“Mi experiencia contundente es que se llega resoluto a la demanda o a la muerte; a la libertad o a la liberación”, apuntó.
Preguntado por CiberCuba sobre la posibilidad de que tenga que hacer una nueva huelga de hambre si regresa a Cuba y que esta vez le dejen morir, como el joven cubano Maykel Acosta, que murió plantado el mes pasado en el Combinado del Este, Ruiz Urquiola fue contundente.
“Es mi país. No tengo otro lugar. No tengo otro asidero. Es básico para mí. Es donde está mi familia, donde está mi madre, donde están mis muertos, donde está todo mi esfuerzo. Yo veo a Cuba como lo que es en la distancia para todos los cubanos: un pedazo de ti; un pedazo de mis historia. Mi amarre de bote es en Cuba”, concluyó.
Ariel Ruiz Urquiola hizo su primera huelga de hambre y sed en 2016 frente al hospital Oncológico de La Habana para reclamar el medicamento que necesitaba su hermana, la activista Omara Ruiz Urquiola, paciente de cáncer.
A continuación, la entrevista completa.
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