A sus 57 años Jorge Martínez cree que el mejor personaje de su vida está aún por llegar

“No me acomodo y mantengo altas mis expectativas. Jamás me aburro de mi profesión”, afirmó.

Jorge Martínez © Juventud Rebelde/ Roberto Ruiz Espinosa
Jorge Martínez Foto © Juventud Rebelde/ Roberto Ruiz Espinosa

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A sus 57 años y dueño de una prolífica carrera en la televisión, el cine, el teatro y la radio, el popular actor cubano Jorge Martínez considera que aún no ha hecho el mejor personaje de su vida.

“No tengo preferencias, siempre espero que me sorprenda y creo que el mejor personaje de mi vida todavía está por llegar, así no me acomodo y mantengo altas mis expectativas. Jamás me aburro de mi profesión”, dijo en una reciente entrevista publicada en el portal de la televisión cubana.


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Martínez recordó sus inicios en la profesión, en una serie de los años 80 en la que interpretaba a un joven brigadista que va a alfabetizar a campesinos en las montañas cubanas. Tras ese papel, llegaron muchos otros en espacios televisivos como aventuras, policíacos y dramatizados, sin olvidar su reciente incursión en la conducción de Sonando en Cuba.

“Siempre es un reto la conducción porque no puedes escudarte en un personaje, eres tú mismo y siempre trato de hacerlo lo más natural posible, asequible al público y pensando qué tipo de programa estoy haciendo; creo que hay una gran diferencia entre ser conductor, animador o locutor se parecen pero no son lo mismo”, aseguró.

Especial atención dedicó a hablar de su personaje Diego, de la película Últimos días en La Habana: un enfermo de sida que muere al final de la trama.

“Fue un regalo de la vida trabajar con Fernando Pérez, y hacer un personaje alejado de lo que había hecho antes. El personaje se llamaba Diego, como homenaje a ese Diego de Fresa y chocolate; fue un reto completamente distinto y estoy muy satisfecho con el resultado. Además, con esta película recorrí muchos países y fui invitado a varios festivales”, afirmó.

Para hacer ese filme, el actor debió bajar 12 kilos en dos meses. Fue muy difícil, pues le habían extirpado un pulmón por un cáncer, según confesó en 2018 en el programa Con dos que se quieran.

“Fumaba dos cajas diarias. Me despertaban las ganas de fumar. No podía estar una o dos horas sin fumar, y eso me provocó problemas respiratorios. Cuando filmaba tenía que parar y toser. Un actor me dijo que fuera al Oncológico. Allí me detectaron un cáncer en el pulmón izquierdo, muy avanzado ya. Un quiste muy grande, de casi seis centímetros, y estaba ya casi desahuciado”.

En aquella entrevista con Amaury Pérez abogó por la importancia de un cine que refleje las cosas que pasan en la vida del cubano.

“La realidad de mi país es dura. Hay que hacerlo, y hay que abrirle los ojos a mucha gente que los tiene cerrados o que mira a otro lado. Yo creo que el cine cubano ha servido para eso, toda la vida, no de ahora. Ha sido un látigo con cascabeles. Y a veces sin cascabeles”, recalcó.

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