La Virgen de Regla, patrona del pueblo que lleva su nombre frente a la Bahía de La Habana y que viste toda de azul, se identifica con Yemayá, la dueña del mar. Con su veneración se funde casi todo el panteón Yoruba con la cristiandad en el sincretismo y la transculturación de lo africano y lo español, dando forma al mestizaje criollo en el que se basa la nacionalidad cubana.
La Virgen de Regla fue el símbolo mandado a tallar en España por un feligrés que quiso que en el reconstruido santuario se venerara aquella misma virgen que en el siglo V ordenara esculpir San Agustín el Africano, Obispo de Hipona, inspirado por una revelación. El Obispo nació en Tagaste, África, y vivió por los años 360 al 436. Él fue un padre cultísimo, hasta considerarse uno de los más prolíferos en el campo de las letras. Él había tenido una revelación: un ángel le había vaticinado que debía ser tallada en madera la esfinge que luego debía colocarse bien adornada en su oratorio, por ello lo que el padre hizo fue seguir al pie de la letra las instrucciones. Este ordenó tallar la figura de la virgen con el color negro, de acuerdo a la tez de los africanos.
El Santuario de Regla: Cuando se llega a Regla, uno de los 15 municipios de La Habana, lo primero que se observa es la ermita que, mirando al mar, se construyó por primera vez en ese sitio en 1690 gracias a las limosnas y un donativo que consiguió un peregrino peruano llamado Manuel Antonio. Una tormenta destruyó la primera edificación, construida con tablas y yaguas de guano. En 1792, un asturiano llamado Juan de Coyedo Martín levantó una ermita de tapia y tejas, que también servía de vivienda a los limosneros que a ella se acercaban. La virgen está desde entonces en el altar mayor, desde donde protege a la Bahía de La Habana.
La ermita, levantada en una colina, es humilde. Sus altares no están, como en otras de algunos países de América Latina donde abundó el oro, revestido del precioso metal. Tampoco la virgen es ostentosa. Apenas se vislumbra su rostro entre la vestimenta azul con encajes blancos. El color azul de su vestido, que es el del mar, identifica a la capital cubana. El canal de televisión capitalino, e Industriales, el equipo de béisbol del territorio, ostentan como identidad el venerado tono marino de ese mar hermoso y sagrado, custodiado por la Virgen de Regla.
Fiesta de Nuestra Señora de Regla: Es una tradición patronal, que se realiza anualmente desde el 8 de septiembre de 1696, cuando se ubicó en el Santuario la imagen actual de la Virgen de Regla. Surgió con un carácter ritual, pero el pueblo le incorporó gradualmente elementos laicos entre los Siglos XVIII y XX. Desde 1961 ha conservado su autenticidad como fiesta religiosa, circunscrita al templo católico y al espacio público donde se verifica la procesión de la Virgen.
En particular se ha mantenido la antigua costumbre de visitar la Iglesia el dia 8, pero dejó de celebrarse el domingo siguiente a este dia la procesión mencionada, imponiéndose sin salida el mismo día de la Natividad de la Virgen. Participa en este festejo la Imagen de la Virgen de Regla y sus ornamentos, el Conjunto de culto y rituales utilizados en la misa, procesión y otras acciones: vestiduras de sacerdotes y otros ministros de la Iglesia Católica, vasos sagrados, estandartes, etc. Y se realiza en el Santuario Nacional de nuestra señora de Regla. Así, se ponen de manifiesto las creencias relativas a la Patrona de la Bahía de La Habana y de Regla (relacionadas con el sistema religioso católico y el sincretismo, así como los cantos para la procesión.
Fuente: Ecured
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