Enrique Mustelier Sosa y Guyen Chamizo Sayas, son los hijos de dos desaparecidos cubanos bajo la custodia del régimen comunista de la Isla, que aún continúan buscando la verdad de lo ocurrido a sus padres.
El padre de Enrique, el opositor Mustelier Turro, fue presidente del Partido Demócrata de Liberación Nacional. El disidente cumplía una condena de 17 años de privación de libertad en una prisión en La Habana, luego de ser acusado por el Gobierno de piratería y espionaje.
Mustelier Turro lleva desaparecido desde 2007. Las autoridades le dijeron a los familiares que el opositor se había fugado de la cárcel y por eso no podía ser hallado. Sin embargo, su hijo aún cuestiona la veracidad de la historia ya que su padre, se encontraba en muy débil estado al padecer de una diabetes mellitus. Por lo que considera que pudo haber muerto en la cárcel.
Según afirmó Enrique en una entrevista concedida a Diario de Cuba, abogados de la Isla le han aconsejado no iniciar un proceso legal por temor a que sea el “próximo desparecido”. Sus hermanos decidieron exiliarse en Ecuador y España y actualmente, tienen miedo de regresar al país.
Igualmente, ha recibido advertencias por parte de la policía política para que no continúe denunciando el caso.
“Me dijeron que el culpable de eso era él que estaba evadido. Que a él nadie lo habia desaparecido. Que no tratara de sofocarlos, de llevar este problema a instancias internacionales ni nada similar”, declaró.
En una situación similar se encuentra Guyen Chamizo Sayas, cuyo padre Adolfo Chamizo fuera ametrallado por fuerzas militares cubanas en un intento de llegar a la Base Naval de Estados Unidos ubicada en Guantánamo, el 10 de junio de 1967.
Casi 52 años después los familiares de Adolfo nunca han podido encontrar sus restos.
“Él intentó llegar a la Base Naval para buscar mejoría económica, principalmente”, comentó al medio independiente el cubano. “Hasta este momento no sabemos nada de él”
Adolfo fue sorprendido entre las 10 y 12 de la mañana en el perímetro fronterizo de la provincia oriental del país y, aunque las autoridades lo dieron por fallecido, nunca informaron del destino final de su cadáver. “Después del tercer día de la muerte de mi papá nos dijeron está enterrado en un cementerio de Guantánamo, no especificaron cuál”, agregó.
Por tanto, Guyen decidió tomar la iniciativa e ir al cementerio de San Rafael. Sin embargo, nunca apareció registro alguno del familiar en el libro de fallecidos.
“Aunque a muchos les gusta engañar son pocos a los que le gusta ser engañados y nosotros en estos momentos estamos buscando la verdad”, declaró el cubano. “Queremos la verdad”, denunció.
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