El drama que viven miles de cubanos en México sigue dejando el testimonio de migrantes que denuncian prácticas corruptas e irregularidades por parte del Instituto Nacional de Migración (INM).
Este es el caso de Alfredo, un periodista de Prensa Latina que fue deportado el pasado 28 de marzo desde el territorio azteca. Su llegada al Aeropuerto José Martí se produjo a base de mentiras y engaños por parte de las autoridades migratorias mexicanas, sin embargo aquel desagradable episodio no ha minado su voluntad por encontrar un futuro mejor.
Apenas 15 días después de su arribo al territorio cubano, decidió volver a emprender la ruta migratoria y viajó a Nicaragua. "El 17 de abril volé hacia este país y entre a México por otra frontera más tranquila", relató a CiberCuba.
Actualmente se encuentra en Tuxtla Gutiérrez, una ciudad que es la capital del estado de Chipas, en su ruta hacia México DF y la frontera con Estados Unidos.
Todavía hoy sigue teniendo muy presente la travesía que vivió en su primer y fallido intento migratorio. Aquella historia comenzó el pasado 15 de marzo cuando entró en Tapachula. "Cruzamos la frontera con Guatemala a las cinco de la mañana en tres taxis, pero los taxistas eran confidentes de la policía", aseguró.
"En el camino un grupo de agentes nos hizo bajar y nos pidieron la documentación. Les explicamos que queríamos hacer el proceso para obtener el salvoconducto, pero nos dijeron que fuéramos con ellos que en tres días nos daban el salvoconducto y nos soltaban", recordó.
"También nos dijeron que íbamos a estar más seguros con ellos. Sin embargo nos metieron en la Estación Migratoria Siglo XXI. Nos quitaron todas las pertenencias, los teléfonos y los pasaportes", agregó.
En aquel momento comenzó una pesadilla y vivieron sin unas condiciones mínimas de salubridad. "Aquello parecía un campo de concentración, todo estaba lleno de presos, sucio. No había ni colchones para dormir", lamentó.
El infierno que vivió en el Centro de Migración de Acayucan
Pero el mayor infierno no lo vivió en el centro de Tapachula, sino en el Centro de Migración de Acayucan, en el estado de Veracruz.
"Nos sacaron a las dos de la mañana, nos metieron en un bus y nos llevaron a Acayucan porque había en Siglo XXI había mucha gente. Estuvimos durmiendo en el autobús desde la una hasta las ocho de la mañana. Nos quitaron todo. Fuimos engañados, ya que nos dijeron que allí no se daban salvoconductos, allí lo que se hacía era pedir refugio", afirmó.
Alfredo, que estuvo 13 días en el centro de migración, denunció las prácticas corruptas de los agentes de migración. "Nos dijeron que no recurriéramos a un abogado para solicitar el refugio porque se iba a demorar el proceso", afirmó.
Este migrante cubanos relató que fueron entrevistados por las autoridades migratorias, les relataron su situación y firmaron papeles de refugio, pero el proceso no tenía una continuidad real. "Hice una huelga de hambre al ver que el proceso no avanzaba, todos los cubanos nos quedamos en el patio y no entramos a dormir como señal de protesta", recordó.
La intervención del pastor Alejandro Solalinde, activista y defensor de los derechos humanos de los migrantes, ayudó a rebajar el clima de tensión que se vivía. "Bajó el director de la prisión por la huelga y nos prometió que en breve tendríamos los salvoconductos para seguir. Pero días antes no sacaron del centro", indicó.
Un funcionario de migración se hizo pasar por abogado y pidió a la familia 1.500 dólares
Los planes de las autoridades pasaban por trasladar al grupo de migrantes de la Isla hasta la Estación Migratoria Las Agujas, en Ciudad de México. "Llamados al padre Solalinde y nos dijo que hiciéramos caso porque era por nuestro bien ya que allí el proceso de refugio sería más rápido. Más tarde dijo que fue engañado", lamentó.
"El director de la prisión de Acayucan nos dijo que teníamos que salir porque los carteles del narcotráfico le habían amenazando y le habían dicho que nos iban a secuestra. Querían meternos miedo", señaló.
"Antes nuestros familiares en EEUU recibieron la llamada de un abogado que se hizo pasar por nuestro abogado, quien les pidió 1.500 dólares para que nos liberaran. Hubo familias que llegaron a pagar hasta 3.000. Fue un funcionario de inmigración el que se hizo pasar por letrado", denunció.
"Le dijeron hasta nuestro número de pasaporte, que lo tenían las autoridades migratorias. El director de la prisión se hizo el loco", añadió.
"Parecía que había llegado un narcotraficante"
El traslado hacia la capital mexicana se produjo de noche y en un momento en que Alfredo despertó se dio cuenta de que se dirigían hacia el aeropuerto, algo que los agentes que viajaban en el autobús negaron hasta el último momento.
"Los tres oficiales nos decían que íbamos a Las Agujas, pero que el centro que estaba cerca del aeropuerto. Al llegar al hangar de la policía federal había como 40 autos de policía, parecía que había llegado un narcotraficante", relató.
"Nos subieron el avión. Tenía que despegar a las 6, pero finalmente salió a las 9 de la mañana. Pedí a todos los cubanos qu iban a bordo que no se sentaran porque nos habían engañado y habían jugado con nosotros. Los agentes nos decían que nos comportáramos bien que iban a usar la fuerza", criticó.
"Llegamos al Aeropuerto José Martí y parecía que estaba llegando lo peor de Cuba. Todas aquellos que tenían causas pendientes fueron trasladados directamente a la estación de policía", recordó.
Ahora Alfredo se encuentra en Chiapas a la espera del amparo, que ya ha sido firmado por un juez. "Todas las gestiones me han costado 550 dólares, mis amigos mexicanos me ayudaron a pagar la mitad del dinero", explicó. Su esperanza sigue intacta, al mismo tiempo que recuerda a CiberCuba el drama que están viviendo muchos de sus compatriotas en Tapachula.
"Muchos cubanos quisieran estar donde estoy yo ahora", concluyó.
(NOTA: En la imagen de portada el rostro que aparece es el del funcionario de migración que engañó a los migrantes cubanos).
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