Quedan pocos días para el referendo constitucional del próximo 24 de febrero y los ómnibus urbanos permanecen como uno de los principales focos de propaganda a favor del Sí a la Constitución.
El Gobierno de la Isla disimula cada vez menos su creciente presión por el SÍ, y en el caso del transporte público la propaganda figura no solo en pizarras electrónicas o en pegatinas situadas en la parte exterior de los autobuses, sino que además aparecen en el propio interior.
Justo en la puerta de bajada de varias guaguas, no es extraño encontrar por estos días a un sonriente Elpidio Valdés que responde con un "Claro que sí, Compay", a la pregunta "¿Ratifica usted la nueva Constitución de la República?", que será la que aparezca en la boleta el día 24.
Mientras tanto, en la calle muchos cubanos se sienten agobiados por la presión gubernamental, una campaña atosigante que abusa especialmente de los más variados espacios públicos.
No es extraño por estos días encontrar propaganda en las inmediaciones de algunos lugares tan insólitos como una nevera vacía en un mercado o colindante con un inmenso basurero.
En sus casas tampoco están tranquilos los cubanos, pues la Campaña por el SÍ tiene uno de sus platos fuertes en la televisión.
Desde el pasado mes de enero, el Ministerio de Cultura -en colaboración con reconocidos músicos y actores- ha lanzando pequeños vídeos donde los artistas “incentivan” a los cubanos a votar por el “Sí” el próximo 24 de febrero.
Ni el mismísimo paso del tornado que devastó varios municipios habaneros frenó, hace hoy tres semanas, la celebración de la marcha de las Antorchas, un acto político donde también se defendió el SÍ a la Constitución.
Desconcierto, rabia, disgusto, es lo que genera esta propaganda oficialista entre quienes saben que si se pasean por una calle habanera con la opción contraria: un simple cartel que diga "Yo voto NO", serán arrestados.
A pocos días de la celebración del referendo, el debate real de la futura Carta Magna se sigue sucediendo en las redes sociales y en medios independientes y alternativos, donde han cobrado fuerza las campañas por el NO, y donde muchos cubanos siguen expresando sus razones para llevarle la contraria al Gobierno cubano en sus deseos de ratificar su propuesta de reforma de Constitución.
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