La reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular hoy fue una especie de circo: Mariela Castro aprovechó la oportunidad para decirle al mundo que todo en su familia está muy bien.
La diputada -que en estos días ha sido muy criticada lo mismo por exhibirse comiendo langosta que por el poémico artículo 82 sobre matrimonio y familia que prevalecerá en la nueva Constitución cubana- se levantó y le dio un abarzo a Raúl Castro.
"De manera muy especial quiero felicitar a un educador que ha sido un ejemplo inspirador en mi vida, que me enseñó que se puede amar a la revolución sin abandonar a la familia, y que se puede amar a la familia sin abandonar a la revolución", dijo.
Hoy se celebra el Día del Maestro en Cuba, y al parecer Mariela quiso dejar claro que sus ideas las heredó directamente de su padre.
“Pido como diputada de esta Asamblea que me permitan abrazarlo”, dijo y se levantó ante todos.
"Gracias por su ejemplo como padre y como revolucionario", añadió la directora del Cenesex.
Luego Mariela regresó a su puesto y dijo que su padre le susurró que recordara también a su madre Vilma Espín, diputada que introdujo en el Parlamento cubano la lucha por la familia y la inclusión social sin discriminación.
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