Migrantes centroamericanos enfermos esperan en condiciones precarias en la frontera de EEUU

Hombres, mujeres y niños de una caravana de migrantes viven en un albergue abarrotado y sucio en Tijuana.


Este artículo es de hace 6 años

Tijuana (Reuters) - Miles de migrantes centroamericanos están preparándose para una larga espera en un albergue abarrotado y sucio, mientras que un pequeño número ha optado por regresar a su hogar después de enfrentamientos con las fuerzas fronterizas.

Hombres, mujeres y niños desastrados de una caravana de migrantes, en su mayoría hondureños, comenzaron a acumularse en un complejo deportivo en Tijuana desde hace unas tres semanas. Ya superan los 6.000 en un espacio que el gobierno de la ciudad originalmente preparó para una tercera parte.

Quienes buscan asilo en Estados Unidos han comenzando a darse cuenta que tendrán que permanecer en la ciudad fronteriza mexicana durante meses y 350 migrantes han pedido a las autoridades que los ayuden a regresar a casa.

El guatemalteco José Luis Tepeu, de 22 años, dormía sobre cartones en el suelo. Dijo que sólo esperaría cinco días más para ver si llegaría ayuda para poder ir a Estados Unidos o Canadá.

"Si no vienen, voy de regreso a mi tierra", dijo al comentar que los salarios en México eran demasiado bajos para que él se quedara y enviara dinero a casa para ayudar a su familia. "No se gana aquí", agregó.

Para buscar asilo, los migrantes primero deben registrarse en una lista de espera para ver a funcionarios de la frontera de Estados Unidos. La lista ya tenía un retraso de semanas antes de que llegara la caravana. Además de la incertidumbre, las conversaciones entre Estados Unidos y México apuntan a mantener a los migrantes en México por más tiempo.

Llegar como sea

El domingo, guardias fronterizos de Estados Unidos dispararon gas lacrimógeno a un grupo pequeño de migrantes, entre ellos mujeres y niños, que se separaron de sus grupos y se lanzaron a la frontera.

La violencia parece haber conmocionado a algunos y decenas más pidieron el lunes que los enviaran voluntariamente a casa, dijo un funcionario de migración en Tijuana.

Además de las tensiones, el hacinamiento ha ayudado a propagar enfermedades. Ha habido múltiples casos de afecciones respiratorias, piojos y varicela, según tres funcionarios de la ciudad que se negaron a ser nombrados porque no estaban autorizados a hablar con los medios de comunicación.

Los migrantes de la caravana, que han viajado unos 4,800 kilómetros desde mediados de octubre, ingresaron al complejo deportivo mientras esperan a que las autoridades de Estados Unidos y México logren un acuerdo sobre cómo lidiar con ellos.

Muchos han estado viviendo en tiendas de campaña y otros bajo techos hechos con bolsas de basura y paredes de mantas y mochilas, soportando las inclemencias del clima, así como la falta de privacidad, como aprendieron a hacer en cada parada durante días desde que salieron del norte de Honduras.

Pero a pesar de las difíciles condiciones, muchos parecían decididos a esperar en México la oportunidad de presentar su caso en Estados Unidos, y más de 600 solicitaban el martes permisos para trabajar en México, según la Secretaría de Relaciones Exteriores.

"Me costó mucho, casi caminábamos hasta 15-20 horas (por día) ... y regresarse ya en lo último, ya no", dijo Anabell Pineda, de 26 años, quien levantó una tienda de campaña en el estadio junto a un ordenado montón de bolsas y mantas enrolladas.

"Me costó mucho, casi caminábamos hasta 15-20 horas (por día) ... y regresarse ya en lo último, ya no"

Pineda, quien ha viajado con su hijo de seis años durante casi un mes desde la violenta ciudad de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, dijo que había llegado a Tijuana 13 días antes, sintiéndose mal.

Cuando supo que sería casi imposible cruzar rápidamente bajo las políticas actuales de Estados Unidos, resolvió ser paciente y obtener un permiso de trabajo en México mientras tanto.

En el complejo, los hombres se lavaban en el área de las duchas usando cubos y había gigantes charcos de barro. Algunas mujeres se bañaban con ropa puesta.

"México nunca ha deportado en Tijuana a migrantes que esperan asilo"

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó esta semana con cerrar "permanentemente" la frontera sur de Estados Unidos si la nación azteca no deportaba a los centroamericanos reunidos en Tijuana.

Y el canciller de México, Luis Videgaray, quien deja el cargo el viernes, dijo el martes que su país ha rechazado reiteradamente una propuesta de Washington para ser declarado país tercero seguro para migrantes que buscan asilo en Estados Unidos.

En este escenario entra en juego el futuro canciller de México, Marcelo Ebrard, quien dijo el martes que México acepta que tendrá que albergar a los migrantes que buscan asilo en EEUU a cambio de una gran contribución estadounidense para crear empleos en América Central y el sur de México.

"México nunca ha deportado en Tijuana a un migrante porque esté esperando para que le den asilo. De hecho, todos lo días hay en Tijuana una fila, no de ahora sino desde hace años; de personas solicitando el asilo", afirmó.

(con imagen de Ariana Drehsler/ Newscom)

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